Renovarse o morir.-
En la zona donde vivo, durante la sequía las plantas de café resisten el rigor de los intensos soles. Sus hojas se marchitan y se desprenden dejando desnudos los inertes tallos, pareciera que van a perecer. Con los primeros aguaceros se da el milagro: se visten de gala con un blanco inmaculado y llenan el ambiente con un aroma embriagador, mientras van surgiendo los renuevos abundantes de un color verde tierno y brillante. Luego de la cosecha pródiga las ramas adultas quedan exhaustas, tanto que de primera intención puede pensarse que han cumplido su ciclo de vida, pero no, luego de la poda, resurgen vigorosas como si hubieran descubierto la fuente de la eterna juventud.
Lección maravillosa de la naturaleza. Así debieran ser las instituciones, longevas por la capacidad de renovarse cíclicamente y por la entereza de cortar de tajo los vicios que las corrompen. Vale el símil para comentar por analogía, que de cara a su proceso interno para renovar su dirigencia en el estado, el PRI tiene una valiosa oportunidad para resurgir de sus propias cenizas, ojalá la aproveche, pudiera no darse otra. Para ello es imprescindible acabar con las prácticas autoritarias y antidemocráticas, ofrecer piso igual para todos y reconocer en los militantes el derecho primario de decidir, sin engaños, sin trampas y sin presiones de ningún tipo.
El futuro hoy.-
Corren, gritan, vienen, van, suben, bajan, a veces desesperan… irritan, pero están sanos y llenos de vida. Cuando amanecen diferentes, enfermos, lo que desespera es la quietud en la casa y se está dispuesto a cualquier cosa con tal de recuperar el bullicio, la actividad febril, el trajín y la ocurrencia. Los niños, la alegría del hogar, la esperanza de un futuro promisorio, tan frágiles y expuestos, tan violentados, sin duda, lo más valiosos en la familia y como tal deben ser tratados, no solo en el romanticismo y la retórica tradicional, sino en el día a día, haciendo tangible el derecho a una educación que los proyecte al futuro, a servicios de salud con calidad y a contar con espacios seguros donde sean tratados con respeto y amor.
Felicidades a todos los niños en su día.
Trabajo vs adulación.-
Hay quien dice que existen cuando menos dos formas de escalar, una que consiste en el esfuerzo cotidiano realizado con dignidad y otra en bajar la cerviz mientras se pronuncian palabras lisonjeras con un ánimo cortesano y adulador. Frente a un perfil ególatra o narcisista, el acenso puede ser pronto, pero es engañoso y sucumbe ante el primer vendaval, en cambio, el que se fundamenta en el estudio, en el trabajo y en los valores, resiste cualquier tempestad.
Trastorno grave es esperar solo palabras de afinidad. Peligroso resulta cualquier intento de acallar las voces en desacuerdo. Aprovechar una situación de privilegio o una circunstancia ventajosa para atropellar, es infame.
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