Como ya leímos en el número pasado sobre las tarántulas, que en algunos casos se comían a sus parejas a la hora de su reproducción, ahora les traigo a las sorprendentes mantis religiosas que también lo llevan a cabo en diversas ocasiones de su apareamiento.
Las mantis como sabemos o imaginamos son un insecto; derivado de la familia Mantidae, el cual es carnívoro y se alimenta de otros insectos, geckos (derivados de la familia de las lagartijas) o colibríes, pueden llegar a medir entre los 10 y 12 centímetros de largo, (cabe destacar que las hembras suelen ser un poco más grandes que los machos) tienen un tórax alargado y dos largas antenas que le salen de la cabeza, además cuentan con unas patas delanteras con una estructura que les da una forma de rezo, las cuales les sirven para dar un gran impulso, así también de que en ellas cuentan con sierras que les sirven para sujetar mejor a sus presas.
Estas suelen verse mucho en finales del verano y en otoño ya que es la temporada en que salen a reproducirse. Cuando los machos encuentran a una hembra empieza su ritual de apareamiento en el cual el macho a pesar de saber que puede ser devorado en dicho momento, sigue adelante, aunque cabe destacar que no siempre suelen comerse a sus parejas, sino que es solo cuando la hembra tiene hambre en el momento del apareamiento o porque su pareja la esté irritando.
Dato curioso de las mantis es que cuentan con unas alas que normalmente están plegadas y no son visibles, a no ser que estén quietas e intenten abalanzarse sobre presas desprevenidas, con las cuales pueden detectar las frecuencias ultrasónicas de demás insectos, aves, etc.
Usando un órgano similar al oído en el centro del pecho, pueden escuchar sonidos por encima de los 20.000 hercios, fuera del rango auditivo humano además de que poseen unos ojos increíbles que, a diferencia del resto de los insectos, pueden ver en tres dimensiones (3D). Pueden llegar a mover la cabeza a 180º para observar también por encima de su espalda, lo cual las hace muy preventiva ante cualquiera de sus depredadores.
Algo que se debe desmentir y aclarar, es que la mantis religiosa no es venenosa ni pica, así que, si ahora llegas a ver una en tu camino, no la mates ya que no te hará daño alguno. Recuerda que todo insecto/animal tiene su gran función en este planeta.
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