martes, 25 de febrero de 2020

EDITORIAL



Cada mes de febrero, los gobiernos estatal y municipal, con motivo del Día del Amor y la Amistad, realizan eventos de bodas colectivas, donde se da facilidad a las parejas para legalizar su relación familiar. Se entiende como un intento de fomentar los valores para formar una familia debidamente constituida.

Es bien sabido que la familia es la célula principal de la sociedad, es donde se aprenden los valores y la práctica de éstos constituye la base para el desarrollo y progreso de la sociedad. Es, quizá, el único espacio donde nos sentimos confiados, plenos; es el refugio donde nos aceptan y festejan por los que somos, sin importar la condición económica, cultural, intelectual o religión a profesar.

Años atrás, se entendía por familia a aquella integrada por la madre, el padre y los hijos, un concepto clásico llamado familia nuclear. En la actualidad, el término se ha ido modificando, ahora el concepto no sólo se centra en los lazos consanguíneos, sino que puede ser el grupo de personas con estrecha cercanía y convivencia.

Con los nuevos estereotipos, impuestos desde luego, las familias se clasifican en: Familia Extendida; donde la familia puede incluir abuelos, tíos, primos, etc. Familia Monoparental: Formada por uno sólo de los padres y sus hijos, debido a diversos factores. Familia Homoparental: Formada por una pareja homosexual y sus hijos biológicos o adoptados. Familia Ensamblada: Formada por agregados de dos o más familias (madre sola con hijos se junta con viudo con hijos). Familia de Hecho: cuando la pareja convive sin ningún enlace legal.

Tener una familia es cimentar una buena educación, formación y valores. Aquí se construye la formación de la personalidad de cada uno de sus miembros; es el pilar sobre el cual se fundamenta el desarrollo psicológico, social y físico del ser humano; es donde se nos enseñan las responsabilidades y obligaciones.

Contrario a esto, según datos del INEGI, en los últimos 20 años la cifra de divorcios aumentó en el país mientras que los matrimonios disminuyeron. Hechos que suelen atribuirse a la falta de compromiso de las nuevas generaciones (de los 80’s para acá) o a la incertidumbre en la que viven los jóvenes, ya que ni siquiera piensan en ese tipo de compromiso y optan por otras figuras como la unión libre. Tendencia que a futuro podría romper con el modelo en que se basa la sociedad actualmente.

Si todos creciéramos dentro de un seno familiar, la sociedad se enfrentaría a menos problemas: Tendríamos el sentido de responsabilidad bien definido, habría menos violencia (dentro y fuera del hogar) y más respeto tanto por la naturaleza como por el entorno social. Si el núcleo de la célula está dañado, la sociedad padece de estas fracturas y las refleja en sus relaciones y entornos; surgen acciones de violencia, desapegos, inconformidades. Por ello la tarea como sociedad es luchar por proteger a la familia, y promover un ambiente de respeto, valores, educación y amor a los hijos; una familia que esté unida en todas las situaciones de la vida.

Los hechos de brutal violencia que estamos presenciando, son una consecuencia de la falta de estos valores. Lo que está sucediendo es por falta de atención a la educación emocional del primer núcleo de la sociedad... La Familia.




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