lunes, 21 de junio de 2021

Cuarto Acto - Por: Alejandro García Rueda

Compromiso genuino.-



La pandemia, sumada a múltiples factores externos, forzaron a que más de una fuerza política jugara en el “sube y baja mediático” y, aun cuando la oposición no consiguió el añorado “golpe de autoridad” en las urnas, permanece en pie de lucha de cara a los próximos comicios.


Para mantener viva la promesa del mañana y recuperar espacios, son necesarios los reajustes; para volver a tener la atención monopólica que estilaba en antaño, la oposición necesita comprender las razones del músculo extraviado y requiere cierto grado de flexibilidad que le permita ser parte activa en los tiempos que corren.  Normalmente se juega a largo plazo y está muy bien hacerlo pero hoy, en un contexto en el que la credibilidad se gana o se pierde cada 24 horas, se requieren acciones rápidas y puntuales que aporten valor en el futuro. Aplica para todos, es importante comprobar que su esfuerzo está enfocado en generar resultados.


¿Se puede hacer frente a la “pérdida de rating” y a la disminución en la “venta” de la oferta política? Sí, totalmente, pero hace falta ensayar boxeo de sombra, rediseñar la imagen del partido y construir perfiles con tal de recuperar adeptos.


Quienes se asumen como oposición están a tiempo de reagruparse y plantear otro tipo de estrategias que aseguren, mínimo, la recuperación del tiempo, dinero y esfuerzo invertido. No se trata de que aparezcan en la prensa hasta la náusea, porque eso solo traerá desgaste y crecimiento prácticamente nulo. Para crecer, la oposición necesita hacer caso omiso a los esquemas del pasado, dejar de lado viejos vicios que hoy le hacen ver como desesperada ante el riesgo de perder más peldaños de la pirámide que antes acaparaba y hacer un verdadero ejercicio de autocrítica.


Si el partido en el poder se ha convertido hoy en hegemónico, es porque tomó la opción de “enamorar a los votantes” con voces nuevas, ofreciendo un proyecto fortalecido con propuestas que, aun siendo diferentes, forman parte de un estilo propio de gobierno frente a un elector que se aleja de otras plataformas políticas.


Será la oposición, con la mira en la próxima contienda electoral, la que decida si juega ahora el papel de provocada o de provocadora en esta reyerta con la Cuarta Transformación impulsada desde Palacio Nacional; si decide apostar por construir una imagen con personalidad que signifique una tentación para sus rivales y detone algo más o si opta por limitarse a celebrar que ganó perdiendo como cualquier campeón sin corona.


El pozo parece seco, pero ahí afuera hay hombres y mujeres capaces de sacar agua de él. Para seleccionar correctamente, se debe elegir primero a quien puede dar las mejores recomendaciones ¿Es realmente el asesor de hoy el mejor aliado para el mañana? De pronto las oficinas se llenan más de amigos que de conocedores.


Lloverán currículums, perfiles y propuestas pero es hoy, no dentro de uno o dos años, que se debe encontrar a ese personaje capaz de entender a corto plazo la dimensión de exigencias, de presiones, de sinergias en las que debe navegar la oposición para no ir al borde del naufragio. Sí, ha recuperado algunos espacios en la cámara de diputados federal, lo cual sirve de bálsamo para las condiciones en las que se encontraba pero se ha echado encima la responsabilidad de replicar el esquema en los congresos locales y en las alcaldías. La oposición está en crisis y no puede equivocarse.


Uno de los assets (activos) más claros y más lógicos que han ayudado a la 4T a conseguir sus victorias es tener en sus filas a alguien con el suficiente amor, respeto, devoción y conocimiento por lo que representa la marca, pero también a personajes con la dosis perfecta de odio, rencor o temor bien entendidos para querer, saber y poder dirigir su trabajo político, para ponerlo a disposición del proyecto. Desde ese punto de vista, la oposición se dará cuenta que las opciones que tiene en su baraja se reducen dramáticamente.


Estarán ahí quienes privilegian o anteponen el factor económico. El Joker de Heath Ledger en “Batman: El Caballero de la Noche” (2008) decía, que si sabes hacer algo bien no lo haces gratis, Pero lo cierto es que la oposición necesita a alguien que verdaderamente pueda despertar un compromiso genuino “con el equipo”.


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