lunes, 9 de agosto de 2021

Columna 33 - Por Carlos Lucio Acosta

Consulta de Obrador, ¿Gallina de Stalin?



Se dice que en reunión de trabajo en la ciudad de Stalingrado, José Stalin, el estadista de la desaparecida Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), solicitó le trajeran una gallina.


En cuanto se la llevaron, la tomó fuertemente por el cuello con una mano y con la otra empezó a sacarle las plumas. La gallina desesperada por el dolor, intentó fugarse, pero no pudo. De ésta forma logra quitar todas las plumas, y enseguida les dijo a sus ayudantes: “Ahora, observen lo que va a suceder”.


Coloca la gallina en el piso, se aleja de ella a una distancia aproximada de dos metros, y coge en sus manos un puño de trigo, mientras sus colaboradores miran asombrados cómo la gallina, asustada y adolorida, corría detrás de Stalin, entretanto éste le arrojaba puños de trigo y daba vueltas en la sala.


La gallina le perseguía por todos lados. Entonces, Stalin observó a sus ayudantes con desdén y arrogancia, quienes se quedaron perplejos y sorprendidos. Y les dijo: “Así de fácil se gobierna a los estúpidos. ¿Vieron cómo me perseguía la gallina a pesar del dolor que le causé? Así son la mayoría de los pueblos, olvidan fácilmente lo mal que pueden haber administrado sus presidentes, sus gobernantes, o sus políticos, por el simple hecho de recibir un regalo barato o algo de comida para uno o dos días, se someten y vuelven a doblegarse por el gobierno en turno.


“A la mayoría de los gobiernos les conviene el ciudadano adormecido y sobre todo, dependiente siempre de necesidades falsificadas”. 


Cierto o no, el relato ilustra bien como ciertos políticos se las ingenian para gobernar engatusando a los ciudadanos. Más allá de querer hacer bien a un pueblo, buscan satisfacer sus más oscuras necesidades de dominio, superioridad, ambición, riqueza y poder; aprovechándose de la ignorancia y debilidades de la gente a la que “gobiernan”, o a la que creen proteger.


A lo largo de la historia hemos visto cómo ciertos políticos manejan el poder controlando medios de comunicación impresos, radiales, televisivos y de internet, y por supuesto, manteniendo con miedo a la población.


El miedo es el dolor que se les causa como sucedió con la gallina. No hay vocación de servicio, y algunas leyes no se hacen para proteger a los débiles, sino a los poderosos.


Y recuerde, no crea todo lo que le dicen, lo que ve o lo que lee, pues muchos sólo dicen lo que usted quiere oír, porque un país, estado o municipio que olvida su historia, está condenado a repetirla, para luego beneficiarse de usted. Nada más.





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