lunes, 9 de agosto de 2021

Nutrición Express - Por Mirna Luna

El índice de masa corporal (IMC).-



En alguna etapa de nuestra vida hemos visitado al doctor o al nutriólogo y hemos escuchado sobre el “IMC”, que es el Índice de Masa Corporal, utilizado para determinar nuestro estado físico y detectar problemas de peso de una manera sencilla y rápida. Este es un cálculo que muchas veces permite asociar nuestra composición corporal con nuestro estado de salud.



Este índice se obtiene dividiendo nuestro peso en kg entre la talla (altura) medida en metros y elevada al cuadrado. El resultado deberá buscarse en la clasificación correspondiente a cada tipo de población (como latinos, asiáticos, europeos, etc.),  para darle una interpretación. Por ejemplo, la siguiente clasificación está basada en la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la NOM-043 y es utilizada en la población mexicana para adultos menores de 65 años.


Pero en muchas ocasiones, nos preocupamos por no estar dentro de los valores “normales” de esta clasificación aunque tengamos un peso adecuado y estado de salud óptimo. Y es que lo que pasa es que la interpretación que se debe hacer de dichos valores es solamente a un nivel individual, y teniendo en cuenta que esta apreciación es muy relativa. 


El principal problema de este índice es que es una medida tanto de masa muscular como de masa grasa. Se interpreta como que altos valores de este indicador corresponden a los altos niveles de masa grasa en el cuerpo, aunque no siempre es así, ocasionando que se clasifique a un sujeto de figura delgada como "obeso" si su IMC es superior a 24.99, al no tomar en cuenta el desarrollo muscular que tenga.


De igual manera, no podemos comparar a una persona de complexión grande con un gran porcentaje de masa muscular con una persona de complexión pequeña y que por cuestiones de herencia genética no suele subir de peso, siendo que ambas pueden estar saludables en su composición corporal y aun así no estar dentro de los valores normales de IMC.


Por lo tanto, no debemos basarnos solo en el resultado de este índice, sino también tomar en cuenta demás aspectos, por ejemplo la edad, la complexión, la circunferencia de cintura, la herencia genética además de llevar a cabo otros procedimientos, para poder determinar en qué estado nos encontramos.


Si bien el IMC es una técnica fácil y rápida que nos brinda un punto de partida para realizar un diagnóstico, no es un valor determinante. Siempre es bueno acercarnos a un profesional de la salud  que nos realice una valoración completa y nos pueda orientar sobre nuestra situación. 


Es muy importante no basarse solo en los números, ni mucho menos compararnos con las demás personas. Debemos entender que cada uno de nosotros somos únicos y completamente diferentes.

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