Metapolítica
Discurso vacío
Gregorio Jácome Moreno
En
política también el fondo es forma, el lenguaje político, por tanto, es
interpretación de símbolos y significados. Cuando no hay un contenido que
sustente el discurso se cae en la demagogia, en el vacío de la forma, en
palabrería al aire, es decir, en una desconexión entre emisor y receptor.
Es
lo que le sucede al PRI, al PRI de Enrique Peña Nieto y al PRI de la vieja
guardia, este último es de las rémoras revolucionarias que recuerdan con
nostalgia los tiempos de la hegemonía, el partido único, el carro completo, el
vaivén permanente de un puesto al otro, nunca viviendo en el error, es decir,
fuera del presupuesto. El mensaje que ofrece este partido ahora es hueco, de
poca lucidez, sin resonancia social, muestra una afonía política que por
supuesto no trasciende en una sociedad cada vez más crítica como la nuestra.
Se
dice que los partidos recienten lo que los militantes hacen. Es verdad. En el
PRI el tema de cada día es la corrupción de sus agremiados, es una hidra de mil
cabezas, como en la mitología griega, muere una cabeza pero surge
inmediatamente otra en su lugar, puede caer un Duarte pero aparece un Emilio
Lozoya, ex director de PEMEX, quien fue citado a declarar por la PGR por el
indignante caso de la empresa Obredecht. ¿Cómo atacar pues el problema de raíz?
Esa es la cuestión diría Hamlet.
Mientras
tanto en las entidades y municipios el PRI se desmorona. Cuadros valiosos se
van todos los días desencantados. Decía en un principio, no existe un discurso
político que los atraiga, viejas prácticas permanecen sin dar cabida a un
proyecto político incluyente, no hay una propuesta sólida de trabajo y acción
social, por si fuera poco, miembros “distinguidos” de ese partido son llevados
ante la justicia por delitos cometidos en el pasado reciente.
El
desencanto de la gente, hay que decirlo, no es gratis o porque sí, proviene de
malas decisiones, entre tantas, la de aprobar la reforma energética tanto en la
Cámara de Diputados como en la de Senadores – junto con el PAN - y el
consecuente aumento a la gasolina que ha provocado la disminución del poder
adquisitivo de millones de mexicanos. Al respecto ya no hay tiempo para
recomponer, las elecciones del 2018 están a la vuelta de la esquina, la
caballada allá está más que famélica. Se negaron a cambiar el fondo que en
política también es forma.
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