Cerca
del Cielo.
Por:
José Ramón Flores Viveros.
Momentos
de luto y dolor.
Las
preguntas son como regalos. Es la intención detrás de ellas lo que el receptor capta.
El amor es específico. Cuanto más tiempo y atención dedicamos a las preguntas, más
bellas se vuelven las respuestas.
La
vida es una conversación, hagamos que sea buena.
Les
confieso sinceramente que había tomado la decisión de no escribir esta semana.
No iba a pasar nada por la ausencia de este intento fallido de columna. La
razón, cómo tratar de escribir sobre un tema quizás hasta un tanto frívolo y
superficial, en medio del sabor a catástrofe que traemos en la boca por el
nuevo terremoto que azoto al país, específicamente en la ciudad de México y
Puebla.
Pareciera
que no hay nada alentador y positivo por comentar, ante el dolor de tantos
muertos y desaparecidos. Sin embargo al escuchar ayer a un destacado miembro de
nuestro ejército, cuando encontraron y rescataron con vida a una persona de la
tercera edad, es imposible no reconocer la solidaridad y valor de tantos
mexicanos bien nacidos, que no han dudado en exponer su vida buscando
sobrevivientes entre los escombros. Me llamó la atención cuando un general cuyo
nombre no recuerdo, manifestó que probablemente jamás vuelva a ver al
rescatado, y dadas las circunstancias ni las gracias por su trabajo reciban.
Pero que esto no es importante. La alegría que se reflejaba en su rostro lo decía todo. Habían salvado una vida y era
lo fundamental. Esto es un trabajo conjunto
de sociedad y autoridades. Hoy veía con mucho respeto una foto en el periódico Reforma
donde se aprecia a muchos voluntarios con palas y picos, ya dispuestos a seguir
buscando mas sobrevivientes. También es muy alentadora la foto de un taquero,
con su trompo, repartiendo tacos gratis a quienes día y noche no han parado de
remover escombros. Son muchos buenos mexicanos quienes llegan con café, comida,
agua para los cientos de voluntarios.
Una
gran mayoría de voluntarios son muchachos, quienes se enlistaron como si fueran
a la guerra. Esto es una gran noticia, un gran mensaje para el país convulsionado
por la violencia y ahora por los desastres naturales. No todo está perdido aun.
México sigue siendo un gran país, grandeza que se manifiesta en estos momentos
de dolor y desgracia. Mi sentido pésame para quienes perdieron a sus seres
queridos, que Dios traiga pronta resignación y un poco de paz en sus corazones.
La
respuesta desgraciadamente de nuestros políticos ya es de sobra conocida. Van a
tratar de encontrar rentabilidad electoral dentro de la desgracia, aunque parezca increíble.
Todo este descomunal dinero que ya está aprobado y que pronto van a recibir
para el proceso electoral, de manera inmediata se debería de re etiquetar y
emplearlo también para la reconstrucción. Aunque sabemos de antemano que lo van
pelear con uñas y dientes para que no se aplique, pero ni in solo peso para
este propósito. No podemos hacer nada al respecto desgraciadamente, pero sí
tenemos un recurso muy importante: el poder del voto. Mi cariño y respeto para
los perritos que realizan un trabajo muy arriesgado también dentro de los
escombros. Un trabajo que es producto de un adiestramiento muy estricto y profesional que salva vidas. Los perros son ángeles que
Dios envía a la tierra.
La
vida debe de continuar…
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