¡AHORA es el CAMBIO!
Por:
Juan Carlos Atzin Calderón
“Requerimos
un Veracruz donde todos tengamos acceso
a las mismas oportunidades, donde no existan barreras;
ni sociales, ni económicas, de ningún tipo”
-
Juan
Carlos Atzin Calderón
El pasado 30 de agosto
el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, Coneval,
dio a conocer cifras con datos actualizados a 2016 de la medición de la pobreza
en México en las entidades federativas, los cuales reflejan que en la generalidad
hay una reducción significativa en el número de personas en condición de
pobreza extrema; pasando de casi 13 millones en 2010, a menos de 9 millones 400
mil en 2016; es decir, del 11.3 pasamos al 7.6 por ciento. En cuanto al combate
a la pobreza, los estados de Michoacán, Morelos,
Oaxaca y Veracruz retrocedieron en esa materia porque tienen a un mayor
porcentaje de sus habitantes en situación de pobreza o pobreza extrema, una
situación nada alentadora, mucho menos para nuestro estado, tan rico por su
gente, por la cultura del esfuerzo, con diversidad cultural así como biológica,
además con costumbres y tradiciones inigualables.
En mi recorrido por
territorio veracruzano al frente de Organizaciones de la Sociedad Civil, me he
percatado de las carencias que se viven en las comunidades de nuestro Estado,
además del desinterés de la clase política y de los gobiernos por garantizar
vida digna para el Pueblo que representan. Cuando llegan fríos como los que se
han dejado sentir en los últimos días y que seguramente incrementarán en
próximas semanas, pienso en las personas que habitan en zonas serranas, apenas
con una playera de campaña política, apenas y con una colchoneta del pasado
periodo electoral y quizás con una casa totalmente cubierta por lonas de
quienes participaron en las pasadas elecciones. Pienso también en las madres,
en los padres, en las familias completas que se despiertan pensando en qué
comerán este día, en qué trabajarán si les han expropiado las últimas
extensiones de tierra que tenían y ahora están en poder de empresas
trasnacionales que pronto extraerán minerales y/o hidrocarburos por algo que
les dijeron que sería de interés público o que serían parte de un momento trascendental
para el país porque sus terrenos guardaban bienes de la nación que fueron
descubiertos mediante exploraciones y/o dinamitaciones que hicieron cuando los
integrantes de la familia dormían.
Cuando llegan los fríos
de diciembre me pongo a pensar en esa niñez olvidada, aquella que quizás no
sabe qué son las fiestas decembrinas, esa niñez que ha tenido que dejar esa
etapa de la vida atrás para trabajar el campo, hacer las labores del hogar,
levantarse a las cuatro de la mañana para ayudar en hacer la comida para
quienes se van al trabajo. Pienso en esa niñez que no partirá una piñata, que
no comerá un caramelo, que no podrá abrigarse más que con el poco sol que salga
durante minutos en el día. Pienso en las abuelitas y abuelitos que han sido
olvidados por sus familiares, que viven en soledad y que la navidad les trae
recuerdos que parten el corazón, que llenan de lágrimas el alma, pienso también
en las personas de la calle, en quienes pasan las fiestas decembrinas caminando
por doquier, esperando que alguien les comparta un bocado. Pienso en otros
seres vivos, en los animales que deambulan por las calles, que no estarán
pasando la cena de navidad en una casa, que no verán sonreír a los pequeños del
hogar, que no jugarán con ellos, que no tendrán donde pasar la lluvia si el
cielo llora en estas noches frías.
Pienso pero también
actúo, cuando llegan los fríos, como los de ahora, rompo el cochinito, compro
piñatas, dulces, hago acopio de ropa de invierno, me dispongo a visitar
comunidades, a brindar un abrazo, a ser portavoz de las situaciones adversas
que viven los sectores vulnerables, me hago parte de sus causas, coopero para
generar escenarios formidables, organizo un taller productivo, impulso el
comercio local, encauso los productos elaborados en comunidades, incito a que
se consuma lo que el campo produce, hago uso de mi derecho de petición para que
mejoren las condiciones de vida de quienes más lo necesitan, formo parte de
voluntariado animal, así como externo mi posición de fomentar la cultura de la
adopción, de igual forma invito a las personas a que también lo hagan, a que lo
hagamos, por un Veracruz y un México más sensible y humano. ¡AHORA es el
CAMBIO!
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