miércoles, 20 de diciembre de 2017

¡AHORA es el CAMBIO!

Por: Juan Carlos Atzin Calderón

Requerimos un Veracruz donde todos tengamos acceso
a las mismas oportunidades, donde no existan barreras;
ni sociales, ni económicas, de ningún tipo
-       Juan Carlos Atzin Calderón



El pasado 30 de agosto el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, Coneval, dio a conocer cifras con datos actualizados a 2016 de la medición de la pobreza en México en las entidades federativas, los cuales reflejan que en la generalidad hay una reducción significativa en el número de personas en condición de pobreza extrema; pasando de casi 13 millones en 2010, a menos de 9 millones 400 mil en 2016; es decir, del 11.3 pasamos al 7.6 por ciento. En cuanto al combate a la pobreza, los estados de Michoacán, Morelos, Oaxaca y Veracruz retrocedieron en esa materia porque tienen a un mayor porcentaje de sus habitantes en situación de pobreza o pobreza extrema, una situación nada alentadora, mucho menos para nuestro estado, tan rico por su gente, por la cultura del esfuerzo, con diversidad cultural así como biológica, además con costumbres y tradiciones inigualables.

En mi recorrido por territorio veracruzano al frente de Organizaciones de la Sociedad Civil, me he percatado de las carencias que se viven en las comunidades de nuestro Estado, además del desinterés de la clase política y de los gobiernos por garantizar vida digna para el Pueblo que representan. Cuando llegan fríos como los que se han dejado sentir en los últimos días y que seguramente incrementarán en próximas semanas, pienso en las personas que habitan en zonas serranas, apenas con una playera de campaña política, apenas y con una colchoneta del pasado periodo electoral y quizás con una casa totalmente cubierta por lonas de quienes participaron en las pasadas elecciones. Pienso también en las madres, en los padres, en las familias completas que se despiertan pensando en qué comerán este día, en qué trabajarán si les han expropiado las últimas extensiones de tierra que tenían y ahora están en poder de empresas trasnacionales que pronto extraerán minerales y/o hidrocarburos por algo que les dijeron que sería de interés público o que serían parte de un momento trascendental para el país porque sus terrenos guardaban bienes de la nación que fueron descubiertos mediante exploraciones y/o dinamitaciones que hicieron cuando los integrantes de la familia dormían.
Cuando llegan los fríos de diciembre me pongo a pensar en esa niñez olvidada, aquella que quizás no sabe qué son las fiestas decembrinas, esa niñez que ha tenido que dejar esa etapa de la vida atrás para trabajar el campo, hacer las labores del hogar, levantarse a las cuatro de la mañana para ayudar en hacer la comida para quienes se van al trabajo. Pienso en esa niñez que no partirá una piñata, que no comerá un caramelo, que no podrá abrigarse más que con el poco sol que salga durante minutos en el día. Pienso en las abuelitas y abuelitos que han sido olvidados por sus familiares, que viven en soledad y que la navidad les trae recuerdos que parten el corazón, que llenan de lágrimas el alma, pienso también en las personas de la calle, en quienes pasan las fiestas decembrinas caminando por doquier, esperando que alguien les comparta un bocado. Pienso en otros seres vivos, en los animales que deambulan por las calles, que no estarán pasando la cena de navidad en una casa, que no verán sonreír a los pequeños del hogar, que no jugarán con ellos, que no tendrán donde pasar la lluvia si el cielo llora en estas noches frías.
Pienso pero también actúo, cuando llegan los fríos, como los de ahora, rompo el cochinito, compro piñatas, dulces, hago acopio de ropa de invierno, me dispongo a visitar comunidades, a brindar un abrazo, a ser portavoz de las situaciones adversas que viven los sectores vulnerables, me hago parte de sus causas, coopero para generar escenarios formidables, organizo un taller productivo, impulso el comercio local, encauso los productos elaborados en comunidades, incito a que se consuma lo que el campo produce, hago uso de mi derecho de petición para que mejoren las condiciones de vida de quienes más lo necesitan, formo parte de voluntariado animal, así como externo mi posición de fomentar la cultura de la adopción, de igual forma invito a las personas a que también lo hagan, a que lo hagamos, por un Veracruz y un México más sensible y humano. ¡AHORA es el CAMBIO!

Contacto: WhatsApp: 2282153412        Correo electrónico: juancarlosatzincalderon@gmail.com

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