lunes, 17 de septiembre de 2018

Editorial


Las reacciones a las medidas tomadas por el Ayuntamiento respecto al ordenamiento del comercio, no se han hecho esperar y los grupos de vendedores ambulantes han tratado de explotar las viejas prácticas del chantaje y  amenaza, sin percatarse que ha iniciado una nueva etapa en el ejercicio de la función pública,

En la sesión del pasado martes se les dio oportunidad a los líderes de esos ambulantes de exponer sus argumentos ante el Cabildo en pleno y solo realizaron una exposición de histrionismo dramático con discursos sin sentido, sin hacer una propuesta concreta invocando los reglamentos municipales. Fue un teatro conmovedor pero sin fundamento. Ahora se encuentran en huelga de hambre. El alcalde ha fijado su posicionamiento, fundado en la ley y en ofrecer espacios dignos.

Si bien es cierto que la intención del Ayuntamiento es mostrar apertura para escuchar, no es factible que en una sesión de cabildo se le dé voz a la asistencia. Es como si en el Congreso del Estado se le permitieras intervenir a la gente que asiste a presenciar una sesión. La Ley Orgánica del Municipio Libre, es clara al determinar que existen 3 tipos de sesiones; de acuerdo al Artículo 28 se estipula: “El Cabildo es la forma de reunión del Ayuntamiento donde se resuelven, de manera colegiada, los asuntos relativos al ejercicio de sus atribuciones de gobierno, políticas y administrativas. Sus sesiones serán ordinarias, extraordinarias o solemnes, según el caso, se efectuarán en el recinto municipal y podrán adoptar la modalidad de públicas o secretas, en los términos que disponga esta ley”.

Sin embargo el Reglamento Interior de Gobierno de los Ayuntamientos, especifica en el Artículo 24 que “Las personas ajenas al Cabildo deberán guardar orden y abstenerse de cualquier tipo de manifestación. Para garantizar el orden en las sesiones de Cabildo, el Presidente Municipal podrá tomar cualquiera de las siguientes medidas: I. Exhortar a guardar el orden;  II. Conminar a abandonar la sala de sesiones; III. Solicitar el auxilio de la fuerza pública, retirando a quien esté alterando el orden; IV. Suspender la sesión”.

Si la intención es dar cabida a las expresiones ciudadanas, dado lo delicado del asunto, abrirlo a la intervención de gente que ha demostrado ser irrazonable y violar todos los reglamentos; los funcionarios están exponiendo al Alcalde y a los ediles a insultos, agresiones verbales o a otro tipo de improperios de aquellos que han agredido hasta a los policías.

Algo pasas entre los funcionarios que no hay coordinación ni planeación, al grado de solicitar al cabildo informes sobre un evento de orquídeas que se contrapone a los artesanos y que compete exclusivamente a las áreas operativas. Quienes conocen la función pública tradicional, deben saber que deben cuidar al alcalde y evitar a toda costa llevarle los problemas. Lo que deben presentarle son soluciones.


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