lunes, 19 de noviembre de 2018

EDITORIAL


El próximo martes estaremos conmemorando un aniversario más del inicio de la Revolución Mexicana, ahora convertido en un evento de carácter deportivo, pero que sirve para rendir homenaje a un puñado de valientes que modificaron el sistema político, legándonos: Democracia, Constitución, Patria y Libertad.

Los mexicanos celebramos el 20 de noviembre, el inicio del movimiento político, social y militar contra el gobierno del general Porfirio Díaz, en el año de 1910, iniciado por Francisco I. Madero, contra una dictadura que llevaba más de 30 años en el poder. Este movimiento surge con causas históricas justificadas y con resultados sociales y políticos plasmados en una Constitución Política aprobada el 5 de febrero de 1917, que bajo el impulso de un Constituyente Revolucionario lleno de patriotismo, supo plasmar en un mismo texto garantías individuales y sociales.

Los gobiernos posteriores a la Revolución Mexicana dieron al país un sistema político con estabilidad y un programa de gobierno, donde la política de masas hicieron posible que los ciudadanos se incorporaran a las estructuras del poder público, así como recibir los beneficios de una política social que incluyera y beneficiara a la gran mayoría de los mexicanos a través de las instituciones.

Hoy, los mexicanos deseamos, que nuestros políticos sepan qué hacer con nuestra excepcional transición democrática. Anhelamos que los buenos resultados se sientan en los hogares. Queremos políticos sensibles al mundo de violencia que nos amenaza, que tengan el patriotismo de enriquecer nuestras instituciones. Es tiempo que, ajenos a la soberbia del poder y del centralismo, con humildad y fuera de la pasión partidaria, sin actitud sectaria o de grupo, revolucionen su conciencia y piensen con verdadero desprendimiento en México. 

El surgimiento de partidos políticos, como MORENA, que ganó la Presidencia, así como la mayoría en los Congresos federal y estatales, gubernaturas, presidencias municipales; llega con un proyecto de llevar a cabo un programa de gobierno, denominado La Cuarta Transformación, considerando que la Revolución Mexicana fue la Tercera. Debemos conocer con precisión y amplitud el proyecto de nación que se propone llevar a cabo, con el fin de saber la participación que requiere de los mexicanos y para tomar conciencia del futuro que debemos aprovechar.

El pasado es el reflejo del presente y viendo el panorama de algunos problemas que existen tanto en el campo, ciudad  e instituciones, la reflexión nos debe conducir a tomar una actitud responsable, pero decidida, firme, frente a esta condición social, agravada por los intereses políticos, económicos y sociales de aquellos que ven al país como botín.


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