Antes de empezar, me gustaría hacer una aclaración, el “tren” es una parte del “ferrocarril”, no se deben usar estas palabras por igual, ya que el ferrocarril es toda la infraestructura: vías, estaciones, patios, edificios y trenes. El tren es una serie de vehículos que son arrastrados por una locomotora o son autopropulsados y que van sobre las vías.
Los trenes jugaron un papel fundamental en la revolución, era el medio de transporte y comunicación por excelencia de aquel tiempo, los aviones aún no alzaban el vuelo y los automóviles apenas daban sus primeros pasos, su presencia en el país significaba progreso y modernidad, nuestros abuelos lo pudieron presenciar en la región con el Ferrocarril Jalapa – Teocelo, alias “El Piojito” inaugurado en 1898 por el mismísimo Porfirio Díaz.
Cuando estalló la revolución los trenes fueron utilizados tanto por federales como por revolucionarios, podría decirse que fue el catalizador de la lucha; su control, significaba poder desplazar en pocas horas miles de armas, caballos y combatientes con todo y familia. Unos volaban las vías con dinamita para impedir el paso del tren y otros tenían ejércitos de trabajadores que remendaban las vías. Las estaciones, patios, puentes y vagones del ferrocarril fueron escenarios de la lucha revolucionaria, los trenes fueron almacenes de alimentos y pertrechos de guerra, cuarteles, oficinas de telégrafo, dormitorios, casas de campaña ambulantes, hospitales (como la famosa brigada sanitaria de la División del Norte, comandada por Villa) y refugio, no quedó ningún espacio desaprovechado, los revolucionarios ocupaban los techos de los furgones, las ‘Adelitas’ viajaban agarradas de las plataformas de los vagones; Villa también incluyó un furgón de carga acondicionado en sus trenes, para camarógrafos y reporteros de la Mutual Film Company y que éstos a su vez lo utilizaron como oficina de prensa siguiendo muy de cerca las batallas relevantes de su carrera militar.
Irónicamente gracias al impulso que le dio Porfirio Díaz al ferrocarril en su afán de buscar el progreso, las fuerzas revolucionarias se pudieron mover más fácilmente y así poder derrocar al dictador. Desgraciadamente la revolución dejo en mal estado toda la red ferroviaria desarrollada en el porfiriato, incontables puentes destruidos, vías levantadas, estaciones abandonadas, que después se irían reconstruyendo poco a poco.
Fueron tan importantes los trenes en la revolución que se retrataron en fotografías donde revolucionarios posaban al frente de las locomotoras o donde los líderes se les retrataba en el balcón del ultimo vagón tanto a Porfirio Díaz como a Francisco I. Madero, despidiendo a la gente al partir de alguna estación. También se hicieron pinturas y murales, y en la música se les pudo escuchar en canciones como “La Adelita” o en corridos como el de la “Maquina 501”.
Contacto: jantoniofloresj@gmail.com
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