La música es el arte que se expresa mediante el sonido, los instrumentos musicales hacen vibrar las partículas de aire que estimulan nuestro tímpano y el cerebro interpreta. Sin importar los géneros musicales que preferimos, las melodías deben, en general, presentar armonía, timbres y mensajes que nos identifiquen o simplemente nos parezcan agradables.
Un instrumento musical emite un sonido característico de acuerdo a su naturaleza, ya sea mediante la percusión, el viento o el vibrar de una cuerda, y el músico debe ejecutar dicho instrumento con talento y precisión para que nos regale un sonido grato. En la teoría musical se describen las estructuras que hacen posible la armonía, el ritmo, melodía y todo lo necesario para que la música suene como debe sonar; independientemente del saber de un músico, los instrumentos deben ser de buena calidad además de estar correctamente calibrados y afinados. La afinación de un instrumento sirve para construir una relación entre las notas que produce.
Técnicamente, las notas musicales son sonidos reproducidos en ciertos valores de frecuencia, respetando cierta distancia entre ellas; la frecuencia es una característica de las ondas que indica las veces de ciclos por unidad de tiempo en que es emitida, por lo que la afinación musical representa un estándar para que todos los instrumentos emitan la misma nota aunque con su sonido característico.
La música es una de las artes más gustadas por el mundo, todos tenemos canciones favoritas, los sentimientos y emociones que nos hace sentir la música tiene una parte estética y otra científica; la vibración que se siente al escuchar música, nuestro cuerpo es capaz de imitar, es por eso que una canción que tiene un ritmo rápido nos “acelera” y las que llevan un ritmo más lento nos relajan.
Los modos de afinación musical se centran en la nota “La” y emite en una frecuencia de 440 Hz; se puede decir que esta es la base de referencia para que los instrumentos se afinen pero a lo largo de la historia este parámetro ha cambiado desde 400 Hz a 465 Hz, siendo tan distintos como los lugares en que se tocaban los instrumentos así como los compositores y músicos ejecutantes ya que, por ejemplo, en la época de clásica, cada músico adoptaba una afinación distinta.
Con el paso de los años, esta situación no ha cambiado del todo, es decir, aunque existen más normas y convencionalismos para la afinación, todavía hay pequeñas variantes, una de las más importantes fue pasar de una afinación de 432 Hz adoptada desde el siglo XIX donde era la más adecuada para la música de orquesta a la de 440 Hz, un estándar propuesto desde 1939; este hecho no pareciera tener gran relevancia ya que sólo se habla de un pequeño acuerdo con una diferencia de sólo 8 Hz; sin embargo, para los expertos en música esta pequeña cantidad sí es apreciable.
En el mundo de la música hay dos grandes grupos, los que promueven la afinación La 432 y los que están del lado de La 440, ambos grupos defienden características distintas que al final de cuentas no permiten una definición única. Además de que ha sido motivo para polémicas, desde inconformidades por tomar esto como una imposición, hasta el tema de conspiraciones y teorías de control mental por parte de los gobiernos; es un hecho que una onda emitida en cierta frecuencia puede producir un efecto en un ser, recordemos por ejemplo los silbatos entrenadores para perros, un humano no lo escucha pero un perro sí, pero asegurar que el universo vibra a una frecuencia de 440 Hz y que los gobiernos nos han ocultado eso para que no podamos vivir en paz, es algo que raya en lo absurdo.
La mayoría de las personas no somos expertos en música y la mayor ventaja que nos da eso es que podemos apreciar la música como un regalo y la muestra del gran ingenio humano, los sonidos que imitan la belleza de la naturaleza.
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