“El garantizar modalidades de consumo y producción sostenibles es la vía para lograr un mundo que haga frente a los problemas ambientales que se viven día con día”
- Juan Carlos Atzin Calderón
Cuando se habla de aprovechamiento de los recursos naturales, sin duda el primero que viene a nuestra mente por ser de extrema necesidad para la vida en el planeta, es el agua. Menos del 3% del agua del mundo es fresca (potable), de la cual el 2,5% está congelada en la Antártida, el Ártico y los glaciares, aún y cuando más de 1000 millones de personas aún no tienen acceso a agua potable. Por tanto, la humanidad debe contar con tan solo el 0,5% para todas las necesidades del ecosistema, del ser humano y de agua dulce; cifras que no solo deben preocupar, sino que también ocuparnos como sociedad.
Si la población mundial llegase a alcanzar los 9600 millones en 2050, se necesitaría el equivalente de casi tres planetas para proporcionar los recursos naturales precisos para mantener el estilo de vida actual; un tema que nos hace voltear la mirada sobre lo que hemos contribuido para la degradación del planeta, lo que estamos haciendo hoy día y lo que debemos dejar de hacer para el futuro.
El consumo y la producción sostenible consisten en fomentar el uso eficiente de los recursos y la energía, la construcción de infraestructuras que no dañen el medio ambiente, la mejora del acceso a los servicios básicos y la creación de empleos ecológicos que sean remunerados justamente y con buenas condiciones laborales, es decir; una mejor calidad de vida para todas las personas y, además, la generación de planes generales de desarrollo, que rebajen costos económicos, ambientales y sociales, que aumenten la competitividad y que reduzcan la pobreza.
En la actualidad, el consumo de los recursos naturales está aumentando de una forma desmedida y sin planeación adecuada, los países continúan teniendo un gran desafío en temas relacionados con la contaminación del aire, el agua y el suelo. El objetivo del consumo y la producción sostenibles es hacer más y mejores cosas con menos recursos. Se trata de crear ganancias netas de las actividades económicas mediante la reducción de la utilización de los recursos, la degradación y la contaminación, logrando al mismo tiempo una mejor calidad de vida. Se necesita, además, adoptar un enfoque sistémico y lograr la cooperación entre los participantes de la cadena de suministro, desde el productor hasta el consumidor final. Consiste en sensibilizar a los consumidores mediante la educación sobre los modos de vida sostenibles.
Por lo que respecta a los alimentos, si bien los impactos ambientales más graves se producen en la fase de producción (agricultura y procesamiento de alimentos), los hogares influyen en estos impactos a través de sus hábitos y elecciones dietéticas. Esto, en consecuencia, afecta el medio ambiente a través del consumo de energía relacionada con los alimentos y la generación de residuos. La degradación de la tierra, la disminución de la fertilidad del suelo, el uso insostenible del agua, la sobrepesca y la degradación del medio marino están disminuyendo la capacidad de la base de recursos naturales para suministrar alimentos.
Que el consumismo no nos consuma como sociedad habitante de este Planeta, ¡AHORA es el CAMBIO!
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