Contacto en la vialidad
Estoy cerca de los 50 años de edad, creo que hoy más que nunca soy un ser humano respetuoso, responsable y trabajador. Recuerdo necesariamente mi infancia, acudía todos los días de lunes a viernes a la Unidad Deportiva Roberto Amorós Guiot de Coatepec a entrenar, entrábamos a las 16 horas y salíamos a las 18 horas del entrenamiento.
El Profesor Sergio Ávila Caudillo era nuestro entrenador, un hombre al que le debo mucho y quien gustaba de ponernos a prueba de manera constante y de modo sorpresivo, casi siempre estaba puntual a la hora de entrada, pero en ocasiones no llegaba sino varios minutos después, dicen algunos que se quedaba observándonos a lo lejos, oculto entre los árboles para verificar que hiciéramos por nosotros mismos nuestro trabajo.
Jamás tuvo que llamarnos la atención por no realizar la rutina física que nos tocaba de acuerdo al día, todos entendíamos que a las 16 horas se debía comenzar la preparación, había mucho en juego, gracias a la disciplina tuve una decorosa carrera deportiva.
Se preguntará usted ¿Qué diantres tiene que ver todo lo anterior con el propósito de esta columna? Se lo respondo con mucho gusto, tiene que ver muchísimo, si me permite le explico:
Me niego a creer que deba haber un policía de tránsito en cada esquina que vigile, como lo haría el profesor Sergio a sus pupilos, para ver quien falla y sancionarlo en consecuencia para que no vuelva a faltar; en ese tenor me parece que cada uno de nosotros entiende que tiene un compromiso, una obligación para con los demás en la vía pública mientras estamos en tránsito, este deber se trata de “Avisar qué vamos a hacer, con anticipación” por favor ejerza esa obligación, es por el bien de todos, no espere a ser sancionado o peor aún, a sufrir un accidente, nadie necesita eso.
Nos hemos topado alguna vez con alguien que no avisa nada, no enciende luces ni hace señal alguna, después realizan la maniobra poniéndonos en peligro a punto de chocar. Hemos visto taxistas metiéndose en un carril de modo intempestivo, imprudente sin pedir el paso, particulares que desean estacionarse que no ponen intermitentes y si no es por las luces posteriores que se activan al poner la reversa, no sabríamos que pensaban acomodarse en un cajón de estacionamiento, espacio que les ganamos no por abusivos, sino derivado de no saber lo que planeaban hacer, iniciando con ello una discusión infructuosa, resultado de la apatía del primero.
Por supuesto que causa incomodidad, molestia y hasta da coraje padecer las maniobras temerarias de los demás y tener que ajustar el trayecto para no impactar el vehículo del irresponsable, sin embargo, de eso se trata el manejo defensivo, de observar lo que hacemos nosotros para moderarnos y estar atentos de lo que los demás hacen para evitarlos.
Conductores malos tenemos ya muchos, lo invito respetuosamente a ser un buen conductor, para ellos sólo use las direccionales, las intermitentes, haga señales con los brazos, mantenga contacto visual con los otros conductores y pida el paso de modo respetuoso, avise lo que desea hacer en la circulación.
Le agradezco el favor de su tiempo al leernos, tenga buen día y buen trayecto. Comentarios a: jojerihmx@gmail.com
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