martes, 16 de abril de 2019

DESDE LA FINCA Por: El Cortador



De tormentas e interpretaciones.- Los nubarrones negros esa tarde soleada dieron señales de que habría tormenta. Los campesinos, conocedores de las señales del cielo, rápidamente recogieron sus cosas y se apresuraron a regresar. La finca, reconociendo la bondad de la primavera, presume su blanca floración y luce resplandeciente aun con la oscuridad de las amenazantes nubes de media tarde. Llegaron justo a tiempo al jacal del viejo campesino, cuando estruendosos truenos empezaron a romper la tranquilidad de la finca. “Es granizo” dijo el viejo campesino forjado en la fragua de las tempestades de la vida y curtido con los relámpagos del conocimiento. Todos tomaron su lugar en la vieja mesa para compartir el jarro de café que la abuela ya les servía. Un penetrante olor a yerba seca quemada complementaba el aroma que los jarros despedían. “Está quemando pala bendita” dijo el sabio anfitrión a los tres amigos que lo acompañaban, “es pa’ espantar la tempestad”. Al poco rato un escándalo de piedras blancas saltarinas golpeaba los techos de lámina de zinc haciendo inaudible la conversación. No duró mucho, volviendo en pocos minutos la calma de un generoso aguacero. “Se fue pa´otro lao”, dijo uno de ellos. Al día siguiente se enteraron por la difusora que la fuerte granizada cayó en la parte alta de Xico. Aquí solo fue un chubasco que benefició las matas de café. Pero aprovechando la reunión y el calor del fogón del bracero y el aromático café negro, la inevitable pregunta se hizo presente: “Abuelo ¿por qué queman palma bendita? A lo que el apóstol del conocimiento empírico, el alquimista de los misterios y los secretos del tiempo, se acomoda en su silla de paja, sopea un duro bolillo en el café y se arranca con su erudita doctrina: “Es cuestión de viejas costumbres, pero sobre todo de fe. Lo aprendimos de los abuelos que guardaban la palma bendecida el domingo de ramos, que por cierto es mañana. Así como nos enseñaron cosas maravillosas, también aprendimos lecciones incompletas. La Semana Santa y la pasión de Jesús encierran grandes enseñanzas que pocos interpretan a fondo. No es solo lo que nos dicen en la iglesia, el mensaje es profundo y lleva un gran simbolismo”. Ya rodeado también de sus nietos, pide más café negro y viendo lo absorto de los compas, prosigue con su homilía: “Si se dan cuenta muchos de los mensajes del maestro Jesús, iniciado desde joven en los grandes misterios y profundos conocimientos, siempre habló en primera persona: ’Yo soy’. Yo soy el pan de vida, yo soy la luz del mundo, yo soy el camino la verdad y la vida, yo soy la resurrección y la vida, etc., cosa que no entendieron o mal tradujeron o mal interpretaron adrede. Se refiere a que cada uno de nosotros en nuestro interior ‘Somos’, todo eso. Cada uno ‘Es’, lo que quiere, cada uno gobierna su mundo, su entorno, su persona.  Yo soy. Nos enseñó que ‘todos pueden hacer lo que Yo’. Que la vida triunfa sobre la muerte, es decir, nada se destruye solo cambia. Se puede renacer del peor fracaso, mientras haya esperanza y sobre todo amor. De amor es su mensaje que cambió la historia del mundo, su pasión representa las injusticias del ser humano en contra de la razón y la verdad. La corona de espinas representa que las grandes vicisitudes las tenemos en la cabeza, lo que nos hace sufrir está en la mente. La última cena no es un acto de canibalismo o vampírico, es una expresión metafórica que se refiere a que el pan son las acciones y la sangre es su mensaje, sus ideas; por eso pide proclamarlas y compartirlas con el mundo. La semana santa termina con agua limpia, luz y regocijo. Las buenas acciones y las grandes enseñanzas no mueren, trascienden el tiempo y el espacio. Que si salió de la tumba, que si los judíos no son buenos, que si cambió el imperio romano, que si fundó la iglesia… eso es lo de menos. Lo importante es su legado: que el amor hace milagros, sanar con la palabra, servir sin interés, trabajar por los demás, liberar con la verdad, llevar la cruz con dignidad, perdonar, compartir el conocimiento, ser fuerte con las tentaciones, actuar con justicia, entender las leyes del universo y sobre todo, vivir con amor y gratitud”... Luego de un profundo silencio, los compas casi se persignan para despedirse, en silencio se retiraron sin ocultar la profunda reflexión que se llevaron a casa. Muchas dudas, muchas cosas por entender, pero con otro enfoque del mensaje de cuaresma…

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