Las Posadas.-
Comenzó en 1581 por iniciativa del Prior del convento de San Agustín de Acolmán, Fray Diego de Soria, en la provincia de México, durante el virreinato de la Nueva España, cuando solicitó permiso al Papa Sixto V, para realizar misas de aguinaldo desde el 16 hasta el 24 de diciembre.
Los misioneros vieron que el pueblo indígena tenía una fiesta al dios de la guerra Huitzilpochtli en estas fechas, así que trataron de remplazarla con las posadas. Poco a poco las posadas salieron de los atrios e iglesias a los barrios de las poblaciones, con procesiones de los Santos peregrinos entre velas, luces de bengala, cantos y rezos religiosos; calles decoradas con tendidos de paxtle, con esferas, estrellas o figuras alusivas a la navidad de cartón con papel metálico.
Se llevaba en procesión a la virgen María que se encontraba embarazada montada en un burro guiado por San José, cantado la letanía de la virgen María. Igualmente se introdujo la piñata, la cual es una olla de barro forrada de papel china de colores y que se le colocan siete picos. La piñata simboliza al mismísimo demonio y cada pico los siete pecados capitales. Se vendaba los ojos, que representa la fe "ciega" a dios y el garrote era el poder de dios. Cuando se rompía la piñata, la colación eran las bendiciones celestiales. Se repartía a los niños canastitas de palma o cartón decoradas con papel de china llenas de dulces. Finalizado en un convivió con ponche, rompope, buñuelos, tamales o antojitos.
Todos estos elementos se integraron, convirtieron a las posadas mexicanas en una hermosa fiesta.
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