Érase una vez un joven llamado Dan, el cual no era un chico muy sociable. Casi siempre se la pasaba en la biblioteca de la universidad o en el sótano de la casa de su madre. Se caracterizaba por ser sumamente talentoso, alguien virtuoso que sus calificaciones siempre eran perfectas y sus trabajos excelentes. Algo que ayudaba mucho al excelente desempeño de Dan era su memoria fotográfica, podía memorizar libros, podía memorizar óperas en distintos idiomas, códigos de programación, fórmulas e infinidad de cosas.
El hobby preferido de Dan desde que era un niño, fue leer, no hacía otra cosa en sus tiempos libres, su madre le decía “Dan el devora libros” en verdad amaba la lectura, tenía una habilidad de poder leer con un ojo una página y con el otro ojo otra página, aparte de memorizar su contenido.
Le gustaba ahorrar y buscar ventas de garaje en las que se pudieran encontrar libros por mayoreo y cajas llenas de cosas que leer. Vivía en el sótano de su madre ya que quedaba cerca de su universidad, había noches en las que no dormía solo por leer, era lo que más amaba.
Una tarde llegando a su casa después de la universidad, notó que había una ambulancia y policías afuera de la casa de su vecino Beth. El señor Beth era un viejo sabio que vivía solo, un gran amigo de Dan porque al igual que él, devoraba libros, un viejo que estuvo en el ejercito que encontró paz en la lectura, el señor Beth le regaló su primer libro. Dan se acercó asustado a la casa de su viejo vecino y preguntó a los oficiales que estaban acordonando un perímetro que qué estaba pasando, los oficiales le contaron que habían encontrado muerto al señor Beth. La noticia hizo que Dan rompiera en llanto ya que a ese viejo fue al único que consideró como un maestro, y más que un maestro, un amigo.
Estuvo tan deprimido que dejó de leer por semanas y solo tenía una pregunta: ¿Por qué? Una noche Dan decidió entrar a la casa del señor Beth para intentar buscar una pista de la causa de la muerte del señor Beth. Entro a su biblioteca que era un santuario para Dan, estaba todo ordenado, pero él siguió buscando. Más tarde Dan se dio cuenta de que algo estaba fuera de su lugar, un libro viejo, maltratado y casi sin portada. Dan solo lo miró por un largo rato hasta que se animó a levantarlo del suelo, lo sacudió, lo volteó y noto que el título del libro era “Lector 2”.
Decidió sentarse a leerlo, pero notó que el libro era distinto, entre más leía más se confundía, se hiperventilaba mientras más lo leía y se daba cuenta de que todo lo que había leído durante toda su vida era mentira, cuando terminó el libro Dan cayó muerto al suelo… El libro cayó junto de él con la portada hacia arriba, ahora el título del libro era… “Lector 3”…
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