Desaparición de Organismos
Autónomos… ¿necesidad o necedad?
En
la última semana, ha recobrado fuerza el debate sobre la propuesta del
Presidente de la República por desaparecer más de 100 organismos autónomos que
aún forman parte de la estructura orgánica del Gobierno Federal.
El
tema se ha quedado solo en idea mediática, ya que no se ha presentado una
propuesta concreta; situación diferente a lo que ocurrió con la desaparición de
más de 300 fideicomisos y fondos públicos, los cuales fueron extinguidos y sus
fondos recuperados y transferidos a la Secretaría de Hacienda y Crédito
Público.
En
la lista se encuentran organismos de todo tipo, algunos creados en los últimos
dos sexenios, otros cuentan con trayectoria, reconocimiento y prestigio a nivel
nacional e internacional; tal es el caso del Instituto Nacional Electoral
(INE), el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFETEL), el Instituto
Nacional de Transparencia y Acceso a la Información (INAI), el Consejo Nacional
para Prevenir la Discriminación (CONAPED) y la Comisión Reguladora de Energía
(CRE), por mencionar algunos.
Lo
cuestionable, es que los argumentos hasta ahora presentados por el Presidente,
no justifican la propuesta; si bien algunos de ellos presentan niveles elevados
de corrupción o resultan onerosos para el aparato gubernamental en comparación
con los resultados que ofrecen, también es cierto que muchos de ellos ofrecen
beneficios directos e indirectos para la sociedad, además de que en todos,
existes una estructura de mujeres y hombres, servidores públicos que cuentan
con familias, que su único sustento es su empleo. Por ello, lo que
verdaderamente preocupa, es que hasta ahora no exista un análisis serio que
refleje la viabilidad de mantener o extinguir alguno de estos organismos
autónomos.
No
cabe duda que en México contamos con uno de los aparatos gubernamentales más
obesos que existen en el mundo; donde no solo organismos, sino hasta
Secretarías de Estado, seguramente no justifican su permanencia, especialmente
en función de los resultados que generan, lo engrosado de su estructura y lo
elevado de sus nóminas. Por el contrario, existen organismos con reconocimiento
a nivel internacional, como el caso del INE, que si bien en el pasado ha sido
cuestionado su actuar, en los últimos 20 años ha logrado consolidar su trabajo
y su papel como una institución garante de nuestra democracia; logro que ha
dado como resultado que en este periodo, nuestro país haya experimentado dos
alternancias en el Poder Ejecutivo, reflejando la consolidación de una cultura
democrática en la sociedad.
Se
requiere, es un verdadero estudio de viabilidad para mantener o extinguir tal o
cual organismo, pero debe ser producto de un análisis a profundidad, con la
mayor seriedad, utilizando procedimientos y herramientas administrativas
probadas, y no con inventos u ocurrencias mediáticas. Una reingeniería
administrativa, es un procedimiento (avalado y comprobado), que consiste en rediseñar
los procesos al interior de una organización, con el fin de instaurar una
mejora continua que permita administrar eficientemente sus recursos, en aras de
obtener mejores resultados y alcanzar sus objetivos institucionales… Justamente
ésta es la diferencia entre proponer cambios administrativos o necedades
administrativas.
Es
posible realizar estos cambios, solo requiere es que se hagan con conciencia,
ya que incluso algunos demandarán reformas constitucionales. Debemos pasar de
la improvisación y la ocurrencia, a la prudencia y la congruencia; es donde
radica la diferencia entre proponer un cambio por necesidad más que por
necedad.
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