lunes, 20 de julio de 2020

MI OPINIÓN Por Lic. Benjamín Sánchez Flores


COVID-19, un virus que vino a cambiarlo todo

 

La enfermedad del Síndrome Respiratorio Agudo Grave (SARS CoV-2 por sus siglas en inglés) o más conocido como virus COVID-19, brotó hace poco más de 6 meses y llegó para cambiar nuestra vida en todos sentidos; pero más gravemente, nos vino a poner en evidencia lo vulnerables que somos ante pandemias de este tipo; pandemias de las cuales podremos saber mucho, pero tenemos tan pocas defensas para protegernos y combatir sus letales efectos.

 

Han sido cambios significativos los que hemos experimentado en muchos ámbitos, el principal es en la salud, pero sus efectos y consecuencias van más allá, ya que el golpe económico se reciente en los bolsillos de las familias de todos los sectores; pero además, hemos experimentado efectos psicológicos producto de la campaña “Quédate en Casa”, lo cual conlleva también efectos en lo social, ya que la convivencia en espacios públicos y negocios ya no ha sido, ni será, la misma.

 

En términos de salud, el COVID-19 ha venido a ponernos en jaque como sociedad, ya que posee la tasa la letalidad más alta que cualquier otra enfermedad, letalidad en términos del tiempo de infección al fallecimiento; pero además, en términos de la rapidez con la cual se propagaron los contagios, donde no existieron barreras de protección, sino solo de contención o reducción del riesgo. En el mismo sentido, la pandemia vino a evidenciar la calidad de nuestros servicios de salud, en términos de infraestructura hospitalaria, del abasto de medicamentos y en las condiciones laborales del personal que atiende la salud (médicos, enfermeras, camilleros, personal administrativo y hasta elementos de seguridad).

 

Otro aspecto que sin duda ha impactado gravemente ha sido el económico, donde millones de familias, han visto afectada su economía al cerrar su negocio o empresa o al perder lamentablemente su empleo por la misma causa; lo cual impacta en el mismo sentido al sector empresarial. Estos efectos locales se magnifican a niveles macroeconómicos, donde todas las economías del mundo resentirán los efectos de esta pandemia, ya que los índices de recesión que se vislumbran, generarán efectos prolongados en la mayoría de los indicadores económicos, de forma especial, en la inversión pública y privada y en los índices de desempleo.

 

Desde el punto de vista psicológico, el confinamiento también ha dejado muchas enseñanzas y nos ha mostrado la incapacidad que tenemos para el encierro. Nos obliga a hacer conciencia que la protección empieza desde casa; la sana distancia nos han enseñado a valorar estar solos o acompañados con personas con las que poco convivíamos, pero que ahora, debemos aprender a rescatarlas y valorarlas.

 

Nuestra vida en sociedad de igual forma ha tenido que modificarse, la asistencia a lugares públicos y la admisión a los negocios han transformado nuestra forma de convivir y de consumir. Las medidas sanitarias emitidas por las autoridades de salud son cosa seria, aunque desde luego que tiene que tomarse en cuenta la opinión de negocios, debemos entender que con la salud no se juega y es nuestra prioridad.

 

¿Qué nos deja esta pandemia? Mucho en todos los sentidos, ahora debemos contar con medidas de higiene y sanitarias que antes no les tomábamos importancia, pero que ahora, se han vuelto indispensables para nuestra convivencia. También nos enseña que debemos fortalecernos en lo personal, en el trato con nuestras familias y con los demás, tanto en privado como en público. Y sobre todo a cuidar nuestra salud, atendiendo las causas que nos merman como la obesidad, la hipertensión o la diabetes. Mejorar la alimentación y realizar la actividad física regular. Tomemos esas enseñanzas y fortalezcamos las medidas sanitarias. 

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