El Viaje a los Estados Unidos.
Una muestra de sumisión fue protagonizada por la delegación encabezada por el ejecutivo federal, quienes viajaron en días pasados a Washington D.C., en los Estados Unidos. El marco fue el TMEC (Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá) y su arranque, el representante de Canadá no se tragó el anzuelo y prefirió mantenerse a resguardo.
El presidente López Obrador y sus acompañantes depositaron ofrendas florales a la gran estatua en mármol de Abraham Lincoln y al Benemérito Benito Juárez, conocieron los jardines de la Casa Blanca, convivieron muy cerca con el Presidente norteamericano, recorrieron el salón oval, un punto característico desde donde se toman decisiones y se intercambiaron elogios. Nuevamente el “carnal Marcelo” orgulloso de su tic, idéntico al de Cuauhtémoc Cárdenas.
Según diversas opiniones la presencia de Andrés López fue una puesta en escena para demostrar que Donald Trump coquetea a los 36 millones de votantes de origen mexicano (58% del voto hispano) así, busca que le den su sufragio en la próxima contienda electoral, misma que podría reelegirlo. Por eso el viaje inesperado, ilógico e improductivo del grupo de burócratas y empresarios convidados al tour. El interés de ostentarse, volvió a manipular al presidente de México para sus fines. ¿Este encuentro tendrá un doble propósito?
López se encuentra entre la espada y la pared, tendrá que modificar sus criterios y dejar de colocar obstáculos, como cancelar inversiones motivado por su conducta bipolar, por los intereses de sus protegidos, quizá deba enfriar sus preferencias por sus amigos “chavistas”.
Nos quedamos esperando cuáles fueron los resultados, cuáles son los compromisos de respeto y dignidad para nuestros compatriotas que radican allá. Esperemos que López no se haya equivocado al visitar al candidato que pierde popularidad entre sus electores. Los partidarios del partido Demócrata guardan celosamente esta visita para cobrarla en noviembre próximo.
En días pasados he comparado algunas biografías de quienes han detentado la presidencia en México y he descubierto que Andrés López tiene rasgos, en el ejercicio del poder, muy similares a los de Salinas de Gortari en el manejo de programas sociales y en manejar la idea de que el crecimiento del país se da en función de los discursos demagógicos. Se compara con Lázaro Cárdenas, la huella histórica del petróleo se dio hace 82 años. En condiciones distintas, busca emular a Luis Echeverría y pretende comportarse como populista; en el despacho presidencial conserva pequeñas estatuas de Juárez, por ello se explica su insistencia de vivir en Palacio Nacional. Aspectos negativos se actualizan con la perversidad política de Álvaro Obregón o Plutarco Elías Calles; los intereses de su círculo partidista nos recuerdan a Miguel Alemán Valdés y su habilidad por los negocios.
Existieron personajes que nos inspiran valores que pueden ser considerados por López si es que busca la Solidaridad por los demás, por los agraviados; en su visita no escuchamos ninguna mención de Cesar Chávez y su lucha por nuestros paisanos, ni un recuerdo a Martin Luther King o a John F. Kennedy tan involucrados e identificados con las penurias que padecen nuestros paisanos. El tema común ha sido el racismo, la persecución a quienes buscan trabajar en la Unión Americana enfrentando los abusos de la policía fronteriza. En una visita de estado los temas relacionados con el respeto a los Derechos Humanos no figuraron en la agenda bipartita.
Escuchamos, que ya no se tratará a México como colonia, que el habernos dicho criminales en alguna ocasión se dio en un mal momento. Insistió a los vecinos en que fue tratado con respeto, que es un buen hombre. El tabasqueño ofreció la otra mejilla y acaso trataría en conversación privada algo que lo beneficiará electoralmente el año próximo en México. “Hoy por ti, mañana por mí”.
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