Pescados y Mariscos.-
Como es común en esta temporada, los pescados y mariscos se hacen presentes en los hogares. Maravillosos por ser un conjunto de sabores, aromas y texturas inigualables. Claro, dependiendo de los gustos de cada persona, pero es muy importante conocer acerca de la composición de ellos y sus cualidades nutricionales, aunque son un tanto similares.
Se comprende como pescados a los animales vertebrados comestibles, marinos o de agua dulce. Sus componentes principales son agua, proteína y lípidos (grasas), aunque también contienen hidratos de carbono en el músculo en muy bajas cantidades. El contenido de agua de su composición es inversamente proporcional al contenido graso, es decir, entre más contenido de agua tenga el pescado, menor cantidad de grasas.
Dentro de estas grasas existen, en menor proporción, los ácidos grasos saturados conocidos comúnmente como “grasas malas”, y en mayor proporción los ácidos grasos mono insaturados y poliinsaturados, especialmente del tipo omega 3, los cuales son ácidos grasos esenciales para el ser humano debido a que nuestro organismo no los produce. Entre ellos se encuentran el eicosapentaenoico (EPA) que tiene una función fisiológica, ya que ayuda a regular las vías inflamatorias e inmunológicas; y el docosahexaenoico (DHA) el cual desempeña un papel estructural en las membranas celulares y contribuye al crecimiento y al desarrollo normal.
Son una excelente fuente de proteínas de alta calidad y digestibilidad, es decir, que se convierten con facilidad, en el aparato digestivo, en sustancias útiles para la nutrición. Una porción de 150 gramos de pescado puede proporcionar al menos un 50% de las necesidades proteínicas diarias para un adulto.
Continuando con los mariscos, son aquellos animales invertebrados comestibles que su medio normal de vida es el agua. Son menos digestibles que los pescados, aunque poseen un valor nutricional similar. Su aporte vitamínico es variado y muy significativo. Algunos moluscos, como los mejillones y las almejas poseen altas cantidades de hierro. Las grasas, aunque no son muy abundantes, son saludables, al ser del tipo de las poliinsaturadas. Su contenido en omega 3 es similar al de los pescados.
Dentro de las propiedades de ambos, destacan el aporte de vitaminas del complejo B y las vitaminas A y D. Son buena fuente de minerales como hierro, zinc, calcio, fósforo, selenio y magnesio, y son de los alimentos que más aportan yodo a la dieta. Además aportan los ácidos grasos antes mencionados, los cuales han demostrado ser eficaces en el tratamiento y prevención de varias enfermedades cardiovasculares, neurodegenerativas, cáncer, enfermedad inflamatoria intestinal, artritis reumatoide, entre otras.
Ahora, es común escuchar que los mariscos dañan a la salud por su contenido de colesterol, y es cierto que en algunos, como los langostinos, existe una cantidad elevada, pero como se ha mencionado anteriormente, todo es cuestión de balance. Manteniendo un equilibrio, no resulta peligroso para nuestro organismo el consumo ocasional de ellos.
También es muy importante verificar que se consuman productos frescos, ya que, de no serlos, esto puede presentar un riesgo para la salud, ocasionando infecciones intestinales o intoxicaciones, por eso hay que ser precavidos al momento de adquirir nuestros pescados y mariscos y el método de conservación que utilizamos en ellos.
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