El 13 de mayo de 1942 era un día con una normalidad contundente, hasta que en punto de las 23:50 horas en las aguas del Golfo de México el submarino U-564 abrió fuego contra el Potrero del Llano; un navío mexicano.
Según cuentan medios nacionales, los tripulantes del Potrero sabían que su viaje no era seguro pues tres meses antes los submarinos alemanes habían empezado a hundir barcos mercantes que navegaban por la zona.
Es de recalcar que la Segunda Guerra Mundial había estallado tres años antes, el primero de septiembre de 1939. El planeta Tierra se dividía entre los que estaban con “El Eje” conformado por Alemania, Italia y Japón, y los que apoyaban a Los Aliados; es decir, con Inglaterra, Francia y la Unión Soviética.
Siete días después del primer ataque, el 20 de mayo, de nueva cuenta un submarino alemán hundió al petróleo mexicano Faja de Oro. Fue entonces que el Gobierno mexicano tomó los bombardeos alemanes como una provocación.
Ante estos acontecimientos y después de realizar un balance de la situación y de evocar la actitud pacífica que caracterizaba a México, el Presidente Manuel Ávila Camacho solicitó al Congreso de la Unión la declaración de estado de Guerra, argumentando que el hundimiento de las embarcaciones mexicanas, así como la clara actitud antifascista que nuestro país mantenía y las protestas realizadas ante los abusos, invasiones y agresiones llevadas a cabo por los países del Eje, obligaban a México a tomar esta resolución.
Como consecuencia de ello, el 28 de mayo de 1942, la Cámara de Diputados aprobó por unanimidad el decreto mediante el cual se estableció que desde el día 22 de mayo de 1942, los Estados Unidos Mexicanos se encontraban en estado de guerra.
Finalmente, esto causó que el 8 de mayo de 1944, se anunciara la participación del Escuadrón 201, de la Fuerza Aérea Mexicana, para que hicieran frente en la guerra.
Fue casi hasta el final de la guerra, durante los ataques en Japón que mandaron a un cuerpo de expedición mexicano; el Escuadrón 201, una tropa de 30 mejores pilotos fueron seleccionados para apoyar a Estados Unidos, apoyo de los países Aliados.
El 18 de noviembre de 1945, un México orgulloso recibió con los brazos abiertos a los victoriosos sobrevivientes.
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