lunes, 31 de mayo de 2021

Por si no lo sabías - Por: Valente Salazar Díaz

 ¿QUÉ ES LA HISTORIA?


Frecuentemente escuchamos y utilizamos la palabra “historia” sin detenernos a pensar en los varios significados que puede tener, lo cual puede provocar equívocos al tratar de comunicar nuestros puntos de vista y defenderlos argumentalmente. 


En primer lugar se puede utilizar la “historia” como un sinónimo de novela, por lo general una narración sobre hechos ficticios e incluso fantásticos, tal es el caso de Historia de dos ciudades de Charles Dickens, o de Historia sin fin de Michael Ende. La finalidad de estas obras es meramente recreativa y podemos diferenciarlas de la novela histórica, en la cual se recrean eventos reales referidos a una época o etapa de la humanidad, pero poniendo en los personajes palabras o acciones que surgen de la imaginación del autor a fin de hacer más amena la narrativa y que aunque se basan en eventos reales son sólo supuestos de lo que habría ocurrido en verdad, tal es el caso de la excelente novela histórica de Santiago Posteguillo Escipión, El hijo del Cónsul. 


La historia puede ser considerada asimismo –y es tal vez su acepción más común- como  la disciplina que estudia y expone, de acuerdo con principios científicos, los acontecimientos que ocurrieron en el pasado y que constituyen el desarrollo de la humanidad desde sus orígenes. Hay que recalcar que a partir de la invención de la escritura –en las diversas formas que ha tenido- fue preocupación general de los pueblos el dejar constancia histórica de sus orígenes y acontecimientos de mayor importancia, tal es el caso de los famosos jeroglíficos del Antiguo Egipto o los pictogramas de los códices prehispánicos.


Existe finalmente una dimensión más de la Historia, y esta es la filosófica, en la cual abundaremos un tanto. En sentido filosófico se discute si la Historia es tan sólo un conjunto de eventos ocurridos al azar o si existe, por así decirlo, una dirección o un sentido que concatena los grandes sucesos de la humanidad hasta llegar a nuestros días.


Una hermosa metáfora sobre esta Historia es la de un collar de perlas, en el cual nosotros vemos la blancura y oriente de las perlas que lo componen, pero no vemos el hilo que las une y sostiene en su lugar; aquí las perlas serían los grandes acontecimientos de la historia, tales como descubrimientos, invenciones, guerras y revoluciones en todos sus sentidos y el hilo sería esa Historia que ha dado sostén a tales eventos, que finalmente se consideran como resultado unos de otros. 


En esta discusión aparece necesariamente la figura del héroe, y en primer lugar se debe aclarar que el héroe en la Grecia Clásica -que ha sido la cuna del mundo occidental- no es sino aquel que se atreve a emprender lo que el común de las personas no osan siquiera soñar, sean cuales sean sus ideales o motivos, que no necesariamente son generosos ni solidarios. Desde este punto de vista tan héroe ha sido un Temístocles que salva a la Hélade en la batalla naval de Salamina  como un Hernán Cortés que conquista al Imperio Azteca. 


En segundo lugar se impone  la pregunta ¿Son los héroes los que hacen la Historia? Es obvio suponer que si Erickson no hubiera llegado desde la Europa del Norte hasta Norteamérica algún otro lo hubiera hecho -y de hecho Colón lo hizo 500 años después- pues sería imposible que a la fecha actual siguiéramos sin saber que existen otros continentes en el planeta. Pero la pregunta esencial es ¿qué Mundo sería este si aquellos grandes personajes no hubieran marcado la historia con su huella? No es casual que a dos mil quinientos años de distancia en el tiempo recordemos la hazaña de Leónidas y sus 300 espartanos en las Termópilas,  o que aún celebremos la memoria de los patriotas defensores de Puebla en 1862. 


Podemos afirmar que si los héroes no han hecho la Historia sí definitivamente la han marcado en su paso por este mundo. Millones de vidas se han salvado desde que el Dr. Alexander Fleming descubriera la penicilina en un moho dando paso al desarrollo de los antibióticos, así como cientos de miles se han recuperado gracias a la obra filantrópica de William Wilson y el Dr. Robert Holbrook, que conocidos como “Bill y Bob” fundaran el grupo AA. 


Desgraciadamente la Historia también es marcada por monstruos, el recuerdo de las millones de vidas segadas por Hitler, Stalin y Mao Tse Tung durante y después de la segunda guerra mundial prevalece como una herida sangrante en la memoria de los hombres.


Termino esta breve aportación con una frase que se ha atribuido a diversos pensadores, sin llegar a un acuerdo, pero que refleja la importancia de reflexionar sobre lo que la Historia ha sido para nosotros: "Los pueblos que olvidan su historia están condenados a repetirla".


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