Qué rápido pasa el tiempo cuando uno disfruta de lo que está haciendo, de igual modo el café en la taza parece evaporarse, hasta en ocasiones pareciera que alguien se lo bebió en vez de nosotros, es sólo que no recordamos haberlo tomado, estábamos tan metidos en nuestros quehaceres que la memoria muscular hizo el trabajo de llevar la bebida a nuestro gusto. Debo irme, tengo un compromiso, un pago que hacer y no quiero llegar tarde.
Hoy día es muy común tratar con gente poco o nada seria, es tan desagradable toparse con alguien así, hacer tratos en estos tiempos modernos técnicamente es casi un volado con una moneda truqueada, un acto de suerte, puede que logremos algo bueno (suceso cada vez más raro) o puede que tengamos un disgusto (la mayoría de las veces), pérdidas y estrés.
Esto me empuja a cavilar, ¿De dónde sale tanta gente informal? ¿En qué fábrica, complejo industrial, taller o fragua los mandan a hacer? Y si querido lector, esa fábrica o taller donde se forja a los seres de dudosa moralidad surgen de los hogares, son producto de la pobre formación ética. Estas personas siendo infantes se quedan solas en casa, son orientados por la televisión basada en entretenimiento, sin contenido útil alguno, Internet sin la necesaria restricción. Los temas ahí se abordan del modo más burdo y bizarro nada apto para mentes en desarrollo; golosinas, soledad y malas compañías, estos pequeños sin amor aprenden a robar, abusar, aprovecharse del otro antes que servirle a los demás, la trampa y el desapego son su modelo a seguir.
Para ellos no hay más esfuerzo que la depredación, hasta son criticados severamente por los suyos sino tranzan, porque pare ellos tranzar es avanzar, la ilegalidad es su modus vivendi, no saben trabajar si se les exige se van, las reglas nada les significa, del trabajo en equipo ni hablemos, toman lo que no les pertenece y si hay problemas culpan a los demás.
Si usted tiene un pequeño en casa tiene un reto encima, ojalá quiera usted asumirlo, pues este mundo tiene sed de seres humanos buenos, trabajadores y responsables, hágase cargo por favor, recuerde “Enseñe independencia antes que ciencia”.
Los programas educativos de formación Cívica y Ética, poco a poco, de manera paulatina se van reduciendo, en algunos años pienso que van a desaparecer, pues formar seres que puedan identificar lo bueno por sobre lo malo no será necesario para el aparato de consumo y control. El trabajo es la única fuerza de la naturaleza que cambia el entorno para bien de sus habitantes.
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