Con pandemia o no, en Teocelo se continúa con la vida diaria, acoplados lo más posible al nuevo ritmo de vida impuesto por el COVID-19. Sin embargo, un tema añejo y que ninguna autoridad o administración le ha dado atención es el tema del ruido. Por lo general causado por el excesivo volumen de equipos de sonido en casas y vehículos.
En Teocelo, el bando de policía y buen Gobierno, en su artículo 90 señala que, en primera instancia, la comisión de Tránsito y Vialidad es la encargada de diseñar programas para la vigilancia y control vehicular a fin de disminuir la contaminación del ambiente; lamentablemente la población no tiene manera de saber y/o consultar cómo están conformadas las comisiones pese a que es información pública básica. En segunda instancia sería la Dirección de Medio ambiente y Desarrollo Sostenible.
El reglamento de comercio, industria y espectáculos señala en el artículo 40, fracción VII “…Ajustarse a las normas ecológicas y de salud relativas a la protección de contaminación por ruido.” contemplando el ruido como un contaminante.
Sin embargo, han sido varias las quejas señalando comercios, casas y vehículos que ponen su música a elevados niveles, invadiendo el espacio de otras casas donde puede haber enfermos, ancianos, bebés o simplemente alguien que quiere gozar de la paz y tranquilidad de su espacio. (60 decibeles es lo autorizado).
Esto no ocurre sólo en calles alejadas del centro, sino en los principales accesos al municipio, en el centro con comercios que ponen bocina hacia la calle y en localidades; sin que en ningún lado las autoridades encargadas de velar por el bienestar de los ciudadanos, haya atendido esta problemática que prevalece.
El tema es de importancia porque afecta la vida, tranquilidad y patrimonio de los ciudadanos, pues una situación de este tipo baja la plusvalía de la zona porque disminuye el nivel de vida; además, con el regreso a clases, los estudiantes de cualquier nivel, lectores y/o profesores tampoco pueden llevar a cabo sus actividades de manera óptima.
Los causantes están a la vista y al paso de todos sin que haya alguien que ponga orden.
El reglamento para la protección ambiental y el desarrollo sostenible del municipio de Teocelo es un documento completo que prevé muchos de los problemas que actualmente padecen los ciudadanos, aunque tampoco funciona su aplicación.
Como todas las infracciones, está en los ciudadanos no cometerlas, pero ante el reiterado abuso de quienes sí lo hacen, la población está desprotegida pues en la mayoría de los casos, hablar con los responsables no genera resultados positivos ya que la mayoría de las veces esta actividad incluye el consumo de alcohol y la presencia de extraños y/o personas de dudoso oficio.
Es por ello que se requiere de autoridades que realmente se preocupen por las necesidades de la población, que se comprometan y se ocupen de erradicar esta terrible situación para quienes la viven, pues por lo general, la queja, si se llega a hacer, no es atendida.
Casos hay muchos, en la calle Independencia de principio hasta la salida a Monte Blanco, en 5 de Mayo; negocios que comienzan muy temprano sus actividades abusan del volumen, en el camino a la localidad Progreso “Santa Rosa” es posible darse cuenta de las casas que incurren en lo mismo.
El llamado es para que los ciudadanos nos demos cuenta de la situación y seamos respetuosos y empáticos con el vecino, y tal vez, para que la próxima administración municipal lo tome en cuenta en su plan de acción.
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