lunes, 30 de agosto de 2021

CON CIENCIA - Iván Morales

¿Cómo funciona una bomba atómica?



La bomba atómica o bomba de fisión es un arma basada en la física de la energía nuclear. No hay que confundirla con la bomba nuclear o termonuclear, también denominada bomba de fusión; pero ambas son mecanismos que desencadenan una gran cantidad de energía en forma de una gran explosión.


¿Cómo funciona una bomba atómica? ¿Cuál el proceso físico detrás de esta potente liberación de energía? Para comprenderlo, debemos conocer algunas nociones de física nuclear.


Probablemente la ecuación más famosa de la historia, E=mc2 es precisamente la que define los procesos de la energía nuclear. Nos indica que la energía es igual a la masa por la velocidad de la luz al cuadrado. ¿En qué se traduce esto? Si pesamos cualquier átomo y luego medimos su masa de manera experimental, nos daremos cuenta de que el número obtenido es ligeramente distinto. Esa diferencia de energía es la que llamamos energía nuclear, que mantiene unidas las partículas subatómicas y les da estabilidad a los protones y neutrones en el núcleo y a los electrones que lo rodean. 


La ecuación de Einstein es la que define cómo la masa está relacionada con la energía. Aunque muchos le consideren el inintencionado ‘padre’ de la bomba atómica, muchos otros científicos contribuyeron a desentrañar el secreto de la energía nuclear, como Enrico Fermi, que consiguió la primera reacción nuclear de la historia.


Esta energía nuclear es la que se libera cuando se produce un evento de fusión o de fisión en un átomo. La fisión, que es la que utilizan las centrales nucleares para obtener energía. Es la desintegración del átomo cuando es golpeado por otros neutrones: una especie de ‘rotura’ en núcleos más pequeños. 


Por su parte, la fusión es el proceso que se produce en las estrellas, como nuestro Sol, y que, como su propio nombre indica, es el proceso contrario: fusiona átomos, en lugar de desintegrarlos, para obtener energía. Por el momento, no se ha logrado obtener una fuente nuclear de manera efectiva a través de la fusión porque requiere cientos de millones de grados centígrados.


Para fabricar una bomba atómica se necesita, por ejemplo, un pedazo de uranio-235 enriquecido por encima de la masa crítica. El uranio más abundante en la naturaleza es uranio-238, que se encuentra en una proporción aproximada de un 90 %. Por tanto, hay que ‘enriquecerlo’ para obtener un número suficiente de átomos de uranio-235. El enriquecimiento se logra a partir de diversas técnicas de separación de isótopos. En segundo lugar, la masa crítica es aquella que se considera la masa mínima necesaria para que se produzca una reacción en cadena.


Cuando se produce una rotura de un átomo de una porción de uranio-235 en núcleos más pequeños, algunos átomos salen despedidos; estos átomos chocan con otros núcleos hasta formar la deseada reacción en cadena. Este es el principio básico del funcionamiento de una bomba atómica.


La bomba atómica tiene un poder de destrucción capaz de arrasar varios kilómetros a la redonda y extender niveles de radiactividad muy dañinos para el ADN. La bomba lanzada sobre Hiroshima en 1945 estaba hecha de uranio-235; la de Nagasaki, de plutonio-239, que puede aislarse a través de procedimientos químicos clásicos.


A partir de la Segunda Guerra Mundial, se firmaron varios tratados internacionales con la condición de no usar ni fabricar bombas atómicas. No obstante, según el portal energia-nuclear.net, existen hoy unas 26 000 armas nucleares en el mundo.

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