En la ciudad de Xalapa, capital de Veracruz, existe una importante avenida llamada “Mártires del 28 de Agosto”, que es donde antiguamente se ubicaba el tradicional barrio de San Bruno, donde existió una fábrica de hilados y tejidos. Esta es la historia a 97 años de ese suceso.
El 28 de agosto de 1924, la tranquilidad de la fábrica textil de San Bruno fue interrumpida por los sonidos de los disparos contra Honorio Rodríguez, obrero de la fábrica y de Fidencio Ocaña, quien estuvo en el lugar y momento equivocado, pues él solo se encontraba entregando el rutinario pedido de pan para la fábrica.
Otro grupo de obreros fueron sacados con lujo de violencia para secuestrarlos y posteriormente asesinarlos. Fueron trasladados al plan de Narajillo perteneciente al municipio de San Andrés Tlalnelnuayocan, donde los ejecutaron.
Hay dos versiones de este suceso, una que habla de un robo de parte de la banda de los bandidos del Río Frío y que ultimaron a los trabajadores para entorpecer su fuga luego del robo a la fábrica textil. La otra es que dos sujetos armados seleccionaron a los dirigentes sindicales José Hernández, Francisco Moreno, Alberto Calderón, Ezequiel Alatriste, Manuel Hernández, Isauro Sánchez, Ignacio Viveros, Isidoro Avendaño, Armando Ramírez, Héron Pérez por su posición de izquierda.
Los responsables del artero crimen fueron identificados como Cruz Arenas, Miguel Ángel Alarcón y David Franzoni. Siempre se supo que los autores intelectuales fueron los mismos dueños de la fábrica en contubernio con el gobernador del Estado Adalberto Tejeda Olivares, en su primer periodo de gobernador de Veracruz.
Un año más tarde se recuperan los cuerpos para darle sepultura en el cementerio de Palo Verde, tiempo más tarde se exhuman para pasarlos al antiguo panteón de 20 de Noviembre esquina 5 de Febrero, el primero en la ciudad desde 1830.
Año tras año la fecha del 28 de agosto nunca ha dejado de recordarse, con desfiles desde la fábrica hasta la tumba de los mártires, un par de kilómetros para llevarles las coronas respectivas.
Hace años se planeó que los restos de los mártires del 28 de agosto de 1924, reposaran en lo que el imaginario colectivo xalapeño conoce como la “Antorcha de Ruiz Cortines” esquina con la calle de Francisco Vázquez, pero nunca se logró trasladarlos a este punto, por lo que dicho monumento solo permanece en forma de homenaje.
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