martes, 11 de julio de 2017

Chavos Mileniales


Jóvenes incomprendidos



Como ya sabemos la adolescencia es una etapa del desarrollo, donde se presentan cambios físicos, hormonales, emocionales, de madurez, donde todos podemos decir que somos un tanto bipolares y rebeldes. Los jóvenes quieren experimentar nuevas cosas, quieren tener más amigos, empiezan a querer conocer a más gente, salir a fiestas, descubrir nuevos horizontes.
Empiezan a desarrollar mucho más su “libertad” y a veces confunden la libertad con el libertinaje. Confundir este derecho es parte de los jóvenes, pero es necesario que los padres expliquen y pongan sus puntos determinantes para no exceder los límites, además de que la comunicación es esencial en este caso, para así evitar discusiones o malos entendidos.
Hay etapas en la adolescencia en que los jóvenes ni ellos mismos saben por qué están tristes, etapas donde sienten que pueden con todo y que todo puede con ellos; sienten que nadie les hace caso, que no son comprendidos por sus padres, que sus padres quizá no les dedican el suficiente tiempo, sienten que nadie es su amigo o que los amigos que tiene no lo entienden, que todo mundo lo juzga y que todos están en contra de lo que él opina.
Esto se debe a un escaso sentido de pertenencia, pues el joven que pasa por esta etapa de “depresión” corre el riesgo de caer en adicciones, en manos de malas amistades, en malas decisiones por falta de comunicación con los padres, y aunque en ciertos casos los hijos tienen la suficiente atención, la suficiente autoestima y el suficiente sentido de pertenencia, los adolescentes son así, o al menos su hormonas son las que los hace actuar o pensar de esa manera, es un cambio hormonal por el que todos pasamos.
En este caso los padres son esenciales, pues con el cambio de actitud de sus hijos y con eso de la “pubertad y adolescencia” los padres también enfrentan miedos, como el que su hijo no sea lo suficientemente maduro para el mundo “exterior”, miedo por no saber si su hijo puede tomar las decisiones correctas en dado caso que las necesite. En esta etapa es donde los padres deben establecer más comunicación con sus hijos, pues con esto de las tecnologías, también es un “contra” hacia los padres, pues los jóvenes prefieren estar chateando que platicando de su día a día con sus papás.

Es importante también que la comunicación que quieren desarrollar los papás con los hijos no sea abrumadora, sino que sea cooperativa, es decir; que los jóvenes tengan oportunidad de platicar algún acto que hicieron con sus amigos y que los papás no empiecen a verlo como “algo malo” y sigan con el sermón de que eso no debía hacerlo así, que hubiera contestado de otra forma; esto es abrumador para los jóvenes, así como también los padres deben expresar sus miedos a sus hijos, plantearles el que pueden tener miedo a que “no sean los papás que ellos necesitan o que no les han dado la educación que ellos quisieran”, esto podría concientizar a los chavos a que no solo ellos tienen miedo a fallarles a sus papás, sino que también sus papás tienen miedo de fallarle a sus hijos. 

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