domingo, 28 de enero de 2018

Cerca del Cielo


Por: José Ramón Flores Viveros
La profundidad de una foto.

Comienza el día con una sonrisa. Veras lo divertido que es ir desentonando con el resto de la humanidad.
Libertad (de Mafalda)



En Facebook, apenas vi una magnifica foto del alpinista profesional Raúl Bárcena en el Pico de Orizaba. Es una magnifica gráfica que pone de manifiesto la esencia y espíritu del alpinismo. Fue tomada recién amanecía; abajo se ven las nubes como un colchón blanco y el cielo azul, arriba, limpio y brillante. Está Raúl en la profundidad de la pendiente y altura del volcán, escala, sujeto a una cuerda que se pierde a sus espaldas. Me hizo recordar la agonía que invade al escalador en estas instancias. Cuando -como dice Ricardo Torres Nava- parece ser que llegaste a tu límite físico, sin saber de la fortaleza del espíritu.

Me hizo recordar y volver a sentir -como dicen en la T.V.cuando repiten algo- “La magia de la repetición”. Aquí fue la magia de volver a recordar “algo” que solo viviéndolo se sabe lo que realmente significa. Estar en el glaciar de Jamapa de la montaña más alta de México, es algo que jamás se olvida. Recordar los sonidos metálicos del piolet y los crampones al chocar con la capa de hielo y nieve. Al chocar y romper los cristales. Todo esto en medio de la agonía física, cuando se llega a negarse a sí mismo, “¿Qué demonios hago aquí?”, “¿Qué quiero demostrarme o demostrarle a los demás?”. Esta se convierte en una reacción no justificable, pero humana finalmente.

Recuerdo que la primera vez que subí el Pico, por la cara sur, tuve una reacción muy reprobable. Ya casi para llegar a la cima, tiré encolerizado una cuerda para no seguirla cargando, esto, porque ya no podía dar un paso más. Perder la calma en estas circunstancia, puede ser grave. Incluso hasta recuerdo que le reclamé a Rafael Sánchez Martínez, mi amigo de toda la vida, que me hubiera invitado a subir el volcán. Finalmente la gloria de la cumbre lo justifica todo. Hasta actitudes detestables como la mía.

Volviendo con la foto de Raúl, ha vuelto a ser toda una experiencia, cómo surgen los recuerdos, cómo estallan nuevamente en el interior de uno. La magia de los recuerdos que ahí están en la mente, guardados sin fuerza alguna ya, aparentemente, cómo vuelven a surgir con vigor, al detonarse con la chispa de una fotografía.

En mi programa de radio, el tema fueron estos recuerdos y la foto de Raúl. Platicar es un placer, me gustó mucho hablar de la gráfica. Me trasladé a un pasado hermoso y mágico.

Quizás ya esté en una etapa de mi vida, en que seguramente comienzo a vivir del recuerdo. Y esto es algo padre, cuando haya alguien dispuesto a leer y escuchar nuestras historias. Las “pato aventuras”.

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