domingo, 28 de enero de 2018

En tránsito

El exceso de velocidad y la prisa
Por Jesús Ricaño



Las razones por las que la gente tienden a la prisa son muchas y muy variadas, por ejemplo, una de esas razones son las demoras en los horarios; es decir, cuando se nos hace tarde.

Probablemente confiamos demasiado en nuestra predicción del tráfico en la mañana, antes de salir al trabajo, tal vez creemos que está garantizado que nuestro auto no fallará o se encuentra ponchado, le tenemos fe al reloj despertador, es posible que nuestro reloj biológico es bastante efectivo, pero siempre algo pasa, algo nos retrasa, sobreviene la prisa y con ella el desbocado deseo de pasar primero, ir más rápido, abandonar la seguridad del ritmo parsimonioso del tránsito de vehículos, y luego acelerar.
La prisa y la velocidad son enemigos letales de la seguridad vial. Cuando una persona se siente presionada es capaz de realizar maniobras temerarias para exponerse a sí mismo y a los demás, es por ello que, en esta ocasión, queremos abordar con usted este tema, sobre todo atendiendo un dilema, como es ya nuestra costumbre lo vamos a analizar a manera de pregunta.

¿Qué diferencia hay entre velocidad máxima permitida y velocidad inmoderada?

La velocidad máxima permitida es la indicada en la señal restrictiva, se toma la decisión de restringir la velocidad máxima ya que media a una justificación técnica, en donde existe una relación entre el tipo de camino, topografía, mecánica de suelos, hidrografía, ubicación geográfica, población, clima, aforo vehicular y el tipo de vehículos que circulan en este.

Dicha velocidad se considera segura para hacer maniobras de evasión o frenado en caso de emergencia.

Ahora, la velocidad inmoderada es toda aquella que supere lo establecido por la señalética, obviamente se trata de una velocidad fuera de la ley, ilegal, dañina y en potencia letal.

Una señal de tránsito vertical, restrictiva de velocidad máxima, SR-9, se planta con la idea de que los conductores asuman lo que acabo de explicar, no ha sido colocada como resultado de un capricho o por el deseo insano de gobernar o controlar lo que la gente hace, tampoco se ha colocado para embellecer el camino; desde este espacio le suplicamos a usted que atienda las indicaciones de estas señales de tránsito. No omito mencionarles que cuando las condiciones del clima cambian, debemos ajustar nuestra manera de conducir, reducir la velocidad y aumentar la distancia de seguimiento con el auto que tenemos enfrente, haga un sencillo ejercicio, sin distraer la mirada del camino:

1.Ubique una referencia en el camino (un poste, puente o estructura).

2.Cuente a partir de que el auto de enfrente llegue a él (1101, 1102).

3.Sí al terminar de decir “dos” usted apenas llega o no ha llegado a la referencia su distancia es buena, si llega antes de decir “dos” su distancia es corta, auméntela.

4.Cuando llueva, haya neblina, granizo o cualquier otro fenómeno climatológico o de causas humanas que vulnere su capacidad de ver y ser visto, aumente al doble la distancia de seguimiento.

Siga estas simples pero útiles recomendaciones, tenga buen trayecto.

Comentarios a jojerihmx@gmail.com

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