domingo, 20 de mayo de 2018

Con-Ciencia - Por: Sergio Jimarez - Lucy in the sky with diamonds


“Un sólo pensamiento de gratitud hacia el cielo, 
es la oración más perfecta.”
Gotthold Ephraim Lessing

En 1967, el grupo musical “The Beatles” gozaban de total fama mundial, la escandalosa juventud vivía una época de muchos cambios y apertura en la sociedad. Este año se daba a conocer la canción “Lucy in the sky with diamons” (Lucy en el cielo con diamantes, en español), dicha canción provocó polémica porque al parecer la canción hacía referencia al uso de las drogas (LSD). La respuesta de John Lennon, el compositor fue que la inspiración le llegó después de ver el dibujo de su hijo donde una niña volaba en el cielo rodeada de diamantes. 

Los cantantes y compositores hablan de estrellas, el sol y la luna; el amor es la principal fuente y el cielo es el lugar predilecto para aventuras y fenómenos fantásticos, reales e imaginarios, poesía y ciencia se conjugan para darle al ser humano conocimiento y belleza al mismo tiempo. 


El cielo nos regala pequeñas canciones de conocimiento, dudas resueltas mediante la ciencia.  El azul del cielo: La luz proveniente del sol, es una onda electromagnética compuesta por varias frecuencias que abarcan todos los colores del espectro, al atravesar la atmósfera, las partes correspondientes al color amarillo, naranja y roja pasan sin ser afectadas ya que su longitud de onda es grande, pero los colores de longitud corta se dispersa en la atmósfera por lo que vemos el cielo de ese color; al mismo tiempo, esta es la razón por la que el sol se ve amarillo-naranja.

Las auroras boreales: El sol libera mucha energía de manera constante, sin embargo, a veces, se producen erupciones solares que llegan a la tierra; el campo magnético del planeta repele un poco la energía proveniente del sol, las moléculas y átomos suspendidos en la atmósfera se ionizan y brillan de forma muy característica. Las auroras boreales se ven en lugares cercanos al polo norte, en el polo sur se llaman auroras australes. 

El arcoíris: El agua suspendida en la atmósfera se comporta como pequeños cristales por los que pasa la luz, en ese proceso, los haces se refractan y se separan en los colores que la componen. Esto es un efecto óptico, no tiene origen ni fin, sino que depende de la posición de donde se observe. 

La lluvia, la nieve y el granizo: El agua en forma de vapor de la atmósfera se agrupa formando nubes y de acuerdo a las condiciones de presión y temperatura se puede precipitar de diferentes maneras. Cuando el vapor se condensa y agrupa en gotas más grandes, estas caen por acción de la gravedad en forma de lluvia; si la condensación ocurre cuando la temperatura es muy baja y hay humedad, se forma la nieve, y el granizo se forma cuando la temperatura es muy baja pero ocurre en la parte más altas de las nubes y durante tormentas fuertes. 

Lluvia de estrellas: Cuando un objeto astronómico (comúnmente cometa) se adentra en el sistema solar interacciona con los vientos solares y sus componentes se activan saliendo del cuerpo y liberando energía, los fragmentos llevan trayectorias similares a los del cometa original; desde tierra se ven como si pequeñas estrellas cayeran del cielo. 

Aunque ver en el cielo a una mujer volando con diamantes sea forzosamente una alucinación no debemos pasar por alto que cada fenómeno puede representar una idea que se plasme en el arte o la música; las leyendas de muchas culturas son basadas en historias increíbles guardadas en cantares e ilustraciones que sobreviven al paso de los siglos. Iluminar la realidad y darle ese toque creativo hace más llevadera la rigurosidad de la vida; lo importante es encontrar la belleza en todo aquello que nos rodea, ya sea mediante una canción o en las cuentas de un pizarrón.  

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