“Tenemos gente que llega al país que ustedes no creerían lo malos que son. Estas no son personas, son animales”. Estas palabras a todas luces pueden ser reprochadas. Sin duda ningún padre sensato le inculcaría a su hijo que aprendiera a dirigirse hacia alguna persona de tal modo. Pero esta frase la dijo el Presidente de Estados Unidos de Norteamérica, Donald Trump.
Y las críticas no se hicieron esperar; el canciller Luis Videgaray, dijo que las declaraciones “son graves e inaceptables”. El líder de los demócratas, Chuck Shumer en el senado dijo: “Nuestros antepasados vinieron de América, no eran animales y esta gente tampoco lo es”. Y la indignación de toda una nación, por supuesto, la mexicana; quien vía twitter o facebook expresaron su indignación.
Y no es para menos, porque la declaración implícitamente desconoce a esas personas como humanos que él considera animales, y por ende, toda una nación. La “nación más poderosa” del mundo, la que puso fin al conflicto bélico más grande del siglo veinte, estaría tirando a la basura el mayor logro entre las naciones después de la Segunda Guerra mundial: los Derechos Humanos.
Los Derechos Humanos son inherentes a todos los seres humanos, sin distinción alguna de nacionalidad, lugar de residencia, sexo, origen nacional o étnico, color, religión, lengua, o cualquier otra condición. Todos tenemos los mismos derechos humanos, sin discriminación alguna. Estos derechos son interrelacionados, interdependientes e indivisibles.
Hay diferentes tipos de Derechos Humanos como son derecho a la vida, a la igualdad entre hombre y mujer, a la alimentación, a la verdad, a la conciencia, de imprenta y expresión; de asociación, reunión y manifestación; principio de legalidad, entre muchas otras.
¿Cómo podemos exigir que alguien en el exterior haga una declaración de ese tipo, cuando lo vivimos a diario con nuestros vecinos? “pinche joto”, “piche chairo”, “pinche vieja”, “pinche anciano”; son sólo algunas de las expresiones peyorativas que a diario podemos escuchar como lo más normal, y Desde Teocelo, nos percatamos que la sociedad los emplea con la mayor naturalidad posible.
Y eso es peligroso, porque no nos permiten ver conductas que ponen riesgo nuestros derechos, por ejemplo, el pasado jueves 17 de mayo en el debate de candidatos a gobernador por el Estado de Veracruz, se dio una lamentable declaración por parte de un candidato, y desde Teocelo lo notamos, un candidato le dice a otro que vaya a conocer las obras y de paso le dice “… y bueno, si quieres te doy un boleto… aquí está… … para que vayas a oír mi filarmónica, a la que yo creé en el año 2014, a mi foro (refiriéndose a un gran inmueble)…”
La declaración es tan irresponsable como la de Trump, porque viola los Derechos Humanos en el Principio de legalidad, ya que se atribuye como propios un bien inmueble y hasta las personas que conforman la filarmónica. Pudo haber sido un desliz, pero cuando lo dice el candidato, hijo del actual gobernador, toma una dimensión que debería preocupar.
Usted puede votar por quien guste, pero no podemos dejar de señalar lo que la política burda y la ignorancia no nos han dejado ver, el atropello de los derechos de las personas, en este caso, de los veracruzanos, en el nivel más básico.
Pero si nosotros no ponemos el ejemplo, no nos cultivamos y no somos los primeros en respetar los derechos de los demás, ¿cómo podríamos esperar de un candidato que aspira al poder los respete?, ¿cómo podemos esperar que el presidente de “la nación más poderosa del mundo los respete?
Un inicio puede ser manifestándolo, publicándolo, platicándolo con los hijos o con algún maestro de vida que nos dé luz. Pero si usted tiene otra opinión, háganosla saber en nuestro blog: http://semanarioespressocoatepec.blogspot.mx/ Que tenga una excelente y reflexiva semana.
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