domingo, 20 de mayo de 2018

DESDE EL AULA - Por: Prof. Julio Hernández Ramírez


Añoranza por las aulas.-

Me gusta platicar conmigo mismo, de cuando en cuando hacer un alto, para con una mirada retrospectiva y a la luz de la lógica del presente, revisar aconteceres del pasado. Este ejercicio es más frecuente en las noches cuando el insomnio se presenta insolente. La quietud y el silencio nocturno permiten oír la respiración entrecortada de quienes en esos momentos viven en la inconciencia, abandonados a los brazos de Morfeo, mientras uno mantiene la mirada fija en un punto indefinido de la conciencia que recrimina con reclamos de cosas que pudieron hacerse de manera diferente y de otras, que siendo debidas, dejaron de hacerse.

En el esfuerzo por ser justo en los veredictos y objetivos en la evaluación, se alcanza niveles de entendimiento que parecen decirte con queda voz: admite que no estás siendo razonable, tú no eres el centro del universo. Acepta que en ocasiones el pódium puede ser tu lugar pero en otras la butaca de galería puede ser tu sitio. No olvides que mientras la humildad puede llevar hasta lo sublime, la soberbia puede denigrarte hasta lo grotesco. Entiende que en mucho lo que se obtiene depende de la forma que se pide, que el trabajo es el camino real que conduce a la dignidad mientras que los atajos del abuso y de las tranzas, aunque en apariencia con facilidad te llevan al éxito, al final del día, cuando te das cuenta del engaño suele ser ya muy tarde y no tienes que ir muy lejos ni en el tiempo ni en la geografía para darte cuenta de ello. Ten presente que recibir, emociona, pero dar, enaltece.

En esos soliloquios con frecuenta me asalta un sentimiento: debí ser académico, mi verdadera vocación es la docencia; entonces asaltan en mi memoria un torrente de recuerdos de mi trabajo en las aulas, de la emoción indescriptible de ver el rostro inocente de un niño que un día de repente se suelta leyendo. De la empatía que se desarrolla en un entorno que puede ser angustiante, del decoro que se alcanza haciendo rendir una quincena que sin ser justa se acepta y que esa inequidad no se convierte en óbice al compromiso renovado día a día.

Las circunstancias me alejaron pronto de las aulas y me condujeron por vericuetos que no estaban en el plan original pero bueno, la vida es así y mal haría en quejarme, aunque sigo añorando el ambiente escolar. ¡Felicidades a todos los maestros!

De campañas, candidatos y debates.-

Esta campaña me ha permitido corroborar que los ciudadanos siguen siendo sensibles a la humildad y lo auténtico.

El debate entre los aspirantes a la gubernatura de Veracruz retrató a una candidata extraviada, a un candidato que como las carretas calabaceras,  suena porque esta vacío; a otro encadenado a su patética egolatría y a uno más, propositivo que conoce al estado y sus problemas, con una importante carrera política, solvencia ética y profesional fuera de toda duda, que ofrece soluciones reales. No hay margen para el error. 


No hay comentarios.:

Publicar un comentario