domingo, 20 de mayo de 2018

Editorial


Con frecuencia, debido al dinamismo diario de una sociedad cambiante y al veloz flujo de información, los ciudadanos nos habituamos a convivir con algún problema que es serio, pero que al coexistir de manera cotidiana nos lleva a considerarlo como normal. Tal es el caso del daño que hacemos al medio ambiente sin darnos cuenta.

Es innegable la contaminación que se genera de manera cotidiana, en el parque por ejemplo, que consideramos normal que al final de un domingo los botes de basura estén atiborrados de platos de unicel y cucharas de plástico, que no medimos el impacto que esto genera en la naturaleza.

Es por eso que cobra especial relevancia, que el Congreso del Estado, el pasado 14 de mayo haya aprobado una ley que lleva como finalidad el reducir el uso desmedido de bolsas de plástico y popotes en establecimientos comerciales, por lo que los municipios deberán adecuar sus reglamentos, si los tiene, a fin de dar cumplimiento gradual a esta ley.

La prohibición de popotes represente un importante avance, ya que pese a que estos utensilios tienen una vida útil en promedio de alrededor de 30 minutos, su desintegración puede tardar entre 100 y 500 años por lo que representa un producto altamente contaminante que puede causar daños irreversibles en el medio ambiente. Se estima que cada año se utilizan y desechan cerca de 500 millones de popotes en todo el mundo. La mayoría se van a la basura, sin embargo, una parte permanecerá en el medio ambiente, contaminando los suelos, ríos y mares.

Dicha ley no alcanza al uso del unicel, sin embargo, Coatepec puede ser punta de lanza en estas medidas, exigiendo a los vendedores de papas, churros, nieves, comida rápida y cafeterías, que venden en el parque y en los establecimientos del Centro Histórico; que deben utilizar enseres hechos a base de material biodegradable, a fin de evitar la contaminación.

La Legislatura estatal ya dio un importante paso en materia de protección al ambiente, ahora corresponde a los Ayuntamientos aplicar dicha disposición, y ampliar su alcance a situaciones de orden particular, como es el caso de vasos de plástico que se usan para la venta de las tradicionales nieves, o los vasos en los que se sirve el excelente y famoso café de Coatepec.

Muchos planes deben ser a largo plazo y debemos considerar lo que heredaremos a las futuras generaciones. Está en nuestras manos.

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