lunes, 9 de julio de 2018

DESAFIOS DE NUESTRO TIEMPO: “EL AGUA” - Por: Pedro Maldonado Rizo

Ahora toca: ¡De las palabras a la acción!

El desenmascaramiento del “buen estado” respecto a la aceptación de las políticas públicas implementadas o prometidas por ofertantes de diversa índole política después de las elecciones del primer día de julio, son definitivamente un gran desafío en el que el tema del agua y medio ambiente no son ajenos.

No habrá excusas de niveles de competencia gubernamental o legislativa  para proceder urgentemente con programas que son necesarios para mitigar, prevenir y adaptarse a la nueva expectativa de agua y clima en el País.


En materia de agua los pendientes son muchos: Inundaciones y por ilógico que parezca, sequías; erosión, escasez, CONTAMINACIÓN, enfermedades de origen hídrico, destrucción de los ecosistemas y despilfarro de recursos financieros en programas superfluos, solo de imagen gubernamental. Y qué decir de la recién controversia suscitada por la publicación oficial de los Decretos para la reserva de agua y que, de acuerdo con lo que ofreció en campaña, el ahora electo Presidente de la República los derogará. 

La administración federal que concluye este año no ha evaluado o se ha preocupado por el costo de la inacción, pues el régimen de nuestros ríos y el nivel de nuestros acuíferos se esta modificando sustancialmente por mucho que digan lo contario los datos oficiales. 

La histórica participación ciudadana en las urnas debe ser ahora trasladada a la participación comprometida en alianzas estratégicas para una adecuada gobernanza del agua en distintas escalas: país, región, cuenca, microcuenca.

La movilización es esencial y urgente a todos los niveles, nada es posible sin la participación, junto con las autoridades políticas, de los representantes de los diferentes usos del agua, de los diferentes sectores económicos, de las organizaciones de la sociedad civil, de la Academia. Y no se trata de “reinventar la rueda” pues este es el papel de los Comités y Consejos de Cuenca y muchas acciones efectivas ya están realizándose pero el desafío aún es enorme. Es necesario identificar buenas prácticas y diseminarlas; si bien es cierto que aun existen problemas técnicos, los principales son la corrupta estructura institucional y financiera que impera en el sector gubernamental. 

Una propuesta electoral en materia de descentralización y combate a la corrupción del Presidente, recientemente electo, fue para el caso del sector hídrico, trasladar a la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA) a Veracruz.

Para empezar dicha Comisión es un Organismo desconcentrado de la SEMARNAT y aunque eso supusiera el arreglo jurídico-administrativo-operativo del traslado de los trabajadores que se encuentran en la ciudad de méxico a una entidad federativa, la CONAGUA organizó para la atención de su problemática en XIII Organismos de Cuenca en igual número de regiones hidrológicas administrativas, la Región Golfo Centro en la que vivimos es la X (diez).

Considero que el traslado físico de las oficinas centrales al Estado de Veracruz no resuelve la problemática a fondo el problema de centralización. Pues todos los Organismos de Cuenca dependen centralizadamente para la toma de decisiones y por ende de sus presupuestos para la operatividad. 

Considero que dicha visión de supuesta descentralización no tiene la concepción integral de acabar con políticas gubernamentales aisladas. Las soluciones a los problemas del Agua por supuesto que tiene que ver no tan solo con los Usuarios-Concesionarios del líquido, sino con los dueños de la tierra por donde nace y corre el agua;  los bosques, fábricas del agua (CONAFOR) y el gran volumen de uso de agua para producir alimentos (SAGARPA) y la propuesta no especifica de políticas de transversalidad que involucren acciones de una verdadera Gestión Integrada de Recursos.   

Contacto: pedro.maldonado@fomento-ccuenca.org

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