lunes, 9 de julio de 2018

DESDE LA FINCA - Por: El Cortador

Amigos, extinciones y expectativas.- “Cuida tu burro compadre”, le dice el viejo campesino de las laderas y las cañadas, el de la sabiduría pragmática que ha sido testigo de muchos apogeos y perigeos, a su viejo y entrañable amigo desde la infancia; “ya hay muy pocos y se los están robando”. Los dos viejos caminan por la pedregosa vereda luego de un productivo jornal. El compa “Chon” va arriando su jumento que va cargado de unas varañas p’al fogón, unos racimos de plátanos roatanes y largos, y una lona que lleva unos chininis. “Además, si te das cuenta, los burros están en peligro de extinción”… “No me chingue compadre, es mi vehículo de transporte, mi instrumento de trabajo y mi compañero de parrandas”. El viejo labrador curtido por los años, se detiene bajo la sombra de un árbol de haya -el compañero y el asno hacen lo mismo- y con seriedad le explica: “Mira compadre, el burro se considera un símbolo de trabajo, fuerza y nobleza, pero puede desaparecer en los próximos años si continúa su explotación desmesurada y la poca preocupación del hombre por reproducir una especie que tiene mucho que ver con la historia. La extinción del burro es uno de los efectos impensados de la modernización. Tan sólo en México la cifra se ha reducido de unos 15 millones de ejemplares que había en 1991 a apenas 500,000 actualmente, según me platicó el veterinario que fui a ver pa’ la purga del perro. El burro no es considerado un espécimen de importancia y no ha recibido la atención de grupos conservadores de animales, como sucede con otras especies. Solo en unos pocos lugares ha creado algunas granjas que se han encargado de salvaguardarlo. Pero dice que en otros países se crean reservas o santuarios de conservación, pero en México se continúa utilizándolo como animal de carga, a lo largo y ancho de todo el territorio nacional, sin darle la importancia que merece este noble cuadrúpedo del género de los equinos”. Moviendo la cabeza don Chon reflexiona y se da cuenta que efectivamente ya hay muy pocos burro en la zona, solo alcanza a decir con cierta tristeza: “Ya me preocupaste compadre, ojalá me dure mi pollino o a lo mejor me extingo yo primero… lo que te quería preguntar compadre…” Pero el viejo astuto, lo para en seco: “No me vayas  pedir que opine sobre política, compadre, porque después de las elecciones del domingo, quedamos ‘hasta la madre’ de partidos y candidatos. Lo único que te puedo decir es que ojalá los que ganaron cumplan todo lo que prometieron y en verdad deseamos que a todos nos vaya bien, que haiga paz y tranquilidad y que los gobiernos volteen al campo para hacerlo producir como antes, porque luego le dan preferencia a las importaciones y le dan en la madre a los productos de aquí, como al maíz, al arroz, la leche y muchos otros que prefieren importar porque llevan mochada los bandidos incrustados en el gobierno…” Meneando la cabeza, el viejo compañero de andanzas y jornales, tiene que esperar que termine su larga perorata contra funcionarios y políticos que solo llegan al poder para servirse y se olvidan de la gente a la que le pidieron el vot… Lo interrumpe diciendo, “No compa, yo lo único que te quería preguntar es que si o’ra que nos van a dar pensión a los viejos, irán a meter a la gran cantidad de limosneros que hay en el centro de Coatepec y a los viejitos del asilo y a los viejos de los ranchos como nosotros”?... “Hay compadre, primero hay que esperar que llegue ya sabes quién”…

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