México está definido como estado laico y se encuentra regido por un marco jurídico determinado por nuestra Carta Magna o sea la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos promulgada el 5 de febrero de 1917 por el Jefe del ejército constitucionalista y encargado del Poder ejecutivo de la Nación don Venustiano Carranza.
La dirección y rumbo de la vida pública de nuestra patria, de las instituciones y la conducción de los destinos de la vida pública de México, requieren del ejercicio democrático y pacífico de las instituciones.
Resulta indispensable interpretar algunos aspectos trascendentales que traen como consecuencia una nueva alternancia en los Poderes Ejecutivo y Legislativo, determinada, o por definirse, según los resultados de las elecciones del pasado 1 de julio de este año.
Con la efervescencia política social, tal parece que el cambio del titular del Ejecutivo Federal era lo único que los mexicanos esperábamos.
La figura de Andrés López alimentada en medios de comunicación ha desencadenado una serie de actividades posteriores a la elección de la presidencia de la República, controversias, conductas y muchísima especulación.
Con la entrega de la constancia de mayoría y validez de la elección presidencial se han iniciado una serie de actividades precipitadas que nos indican la desesperación por acceder a un lapso peligroso donde han aflorado ingredientes de autoritarismo reprimido por una colectividad con sed de venganza, rencor y encono.
La Constitución señala tiempos, procedimientos para que se dé la alternancia institucional de los poderes Ejecutivo y Legislativo claramente divididos.
Nos quedó claro las razones por las cuales Andrés López tardó tanto tiempo para concluir sus estudios universitarios.
La confusión mental se ha hecho presente y desnuda las ambiciones sociales ante una evidente Nación en crecimiento que requiere solucionar rezagos de la mejor manera.
Un botón de muestra es permutar las delegaciones federales de las diversas Secretarías de Estado por la designación de coordinadores estatales expertos, que evidentemente concentraran facultades intermedias entre el Ejecutivo Federal y los Gobernadores de los Estados, sean afines o no a los institutos políticos que llevaron a la silla presidencial a AMLO.
Para algunos, México está por dar un salto hacia el pasado, la vida histórica, social y política que experimentó nuestro país está por darnos una segunda lección.
Juntos viviremos las complicaciones de volver a elegir y ubicar en el gobierno o en las posiciones vitales del desarrollo, a un ejército de mexicanos que traen otra consigna.
Contacto: hectorhernandezparra77@gmail.com
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