lunes, 20 de agosto de 2018

Cafeteando Por: A. Emilio Polanco Servín

Gregorio Marañón
Un español excepcional 


Educado en la universidad complutense de Madrid, fue miembro no solo de la Real Academia Española, sino que su esfuerzo intelectual estuvo presente en las Reales Academias de Historia, de Bellas Artes, de Ciencias Exactas, Físicas Y Naturales, Brasileña de Letras, Iberoamericana, Gallega y Nacional de Medicina.
Fue Doctor Honoris Causa y premio Mariano de Cavia, Orden del león blanco y Gran Cruz del mérito naval con distintivo blanco. Nació en Madrid el 19 de mayo de 1887, ciudad donde falleció el 27 de marzo de 1960. Hombre austero, humanista y liberal, se le considera uno de los más brillantes intelectuales españoles del siglo XX. Erudito y elegante estilo literario.

Destacado como Médico que lo fue del Rey Alfonso XII; junto con Ortega y Gasset y Pérez Ayala, formaron la agrupación al Servicio de la Republica.

Escribió el primer tratado de Medicina Interna en España, junto con el Dr. Hernando, y su libro Manual de diagnóstico etiológico (1946) fue uno de los libros de medicina más difundido en todo el mundo por su novedoso enfoque en el estudio de las enfermedades y por sus infinitas e inéditas aportaciones clínicas.

Además de su dedicación intensa a la medicina, escribió sobre casi todo: historia, arte, viajes, la cocina, el vestido, el peinado, el calzado, etc. 

Pero si bien la aportación de Marañón es imborrable en el plano de la ciencia, lo que hace eterna, universal y aún más singular su obra, es el descubrimiento y la descripción del plano ético, moral, religioso, cultural, histórico, en definitiva “humano”, que la acompaña.

En sus obras analizó, con un género literario singular e inédito, ensayo biológico, las grandes pasiones humanas a través de personajes históricos, y sus características psíquicas y fisiopatológicas: la timidez, en su libro Amiel; el resentimiento, en Tiberio; el poder, en El Conde Duque de Olivares; la intriga y la traición política, en Antonio Pérez; uno de los hacedores de la leyenda negra española; el donjuanismo, en Don Juan, etc.
Fue admitido y colaboró en cinco de las ocho Reales Academias Españolas.

La huella de Marañón es, en palabras de Ramón Menéndez Pidal, imborrable tanto en el plano de la ciencia como en quienes lo trataron.  Pedro Laín Entralgo distinguió hasta cinco personalidades distintas en este gran médico madrileño: el Marañón médico, el Marañón escritor, el Marañón historiador que contribuyó grandemente a su universalidad, el Marañón moralista y el Marañón español.
 
Lo que hace más singular su obra es la multiplicidad de facetas que abarca: el plano científico, ético, moral, religioso, cultural, histórico en definitiva humano. 

Fue médico de la Casa Real, y de numerosísimos personajes de la vida política, literaria y social de España, pero por encima de todo fue médico de beneficencia o de atención a los pobres del Hospital Provincial de Madrid, hoy Hospital General Universitario Gregorio Marañón, donde en 1911 fue adscrito a su petición al servicio de enfermedades infecciosas. 

Junto con éste, el mayor hospital de Madrid, hoy también llevan su nombre, numerosas vías públicas e instituciones educativas de toda España.

¡Buena suerte!

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