lunes, 27 de agosto de 2018

Cafeteando - Por: A. Emilio Polanco Servín

Ramón de Campoamor Poeta Español fuera de serie

Hemos querido insistir en la figura irrepetible de este genio de las letras universales y digo esto, porque sus poemas se han traducido en todas las lenguas del mundo.

Campoamor seguirá gozando de extraordinaria fama y popularidad, desde luego en España y América preferentemente Asturias su pueblo natal que lo vio nacer un 24 de septiembre  de 1817; muere el 12 de febrero de 1901.

Hace prevalecer sus pensamientos en alegría y humoradas como se ve en los siguientes versos:



LAS BUENAS PECADORAS

Después de días de tormentas llenos
te vi en misa rezar con santa calma,
y dije para mí:-¡Del mal el menos:
da el cuerpo al diablo, pero a Dios el alma!
Obvio, hace referencia  a esas santas señoras que durante toda su vida, le dieron vuelo a la hilacha o por decirlo de otro modo se dedicaron en su juventud a la farándula y ya de viejas cogen el rosario y a rezar los últimos días de su vida (la carne al Diablo y a Dios los huesos).


GUARDAS INÚTILES
-Ya anocheció: ¿quieres que hablemos, Lola,
Aquí solos los dos?
-La que es buena, señor, nunca está sola:
Pues está con su madre o esta con Dios.

-¿Lola es verdad que un día os encontraron
Solos ahí, a los dos?
-Eso es porque aquel día se quedaron
Mi madre en casa, y yo en el cielo con Dios.


EPIGRAMÁTICOS
Que me vendiste se cuenta,
Y añaden, para tu daño,
Que te dieron por mi venta
Monedas de desengaño.

Que es corto sastre, preveo.
Para el hombre la mujer,
Pues siempre corta el placer
Estrecho para el deseo.

Siempre se rinde mejor
La fuerza de tu conciencia
A un grano de violencia
Que a cien quintales de amor.

Porque está más escondido,
De tal modo te lo cuento
Que, entre mi boca y tu oído
No quiero que esté ni el viento.
El mismo amor ellas tienen
Que la muerte a quien las ama;
Vienen si no se les llama,
Si se les llama no vienen.

Sin antifaz te veía,
Y una vez con él te vi;
Sin él no te conocía,
Mas con él te conocí. 

Ni te tengo que pagar,
Ni me quedas a deber;
Si yo te enseñe a querer,
Tú me enseñaste a olvidar.

A un árbol Pigmalión,
Le dio de mujer el ser,
Y en mi cambió una mujer
En mármol mi corazón.

Buena suerte

No hay comentarios.:

Publicar un comentario