lunes, 27 de agosto de 2018
REFLEXIONES Por: Héctor Hernández Parra
Por enésima vez es oportuno tratar el tema del comercio, ya sea en la vía pública o en establecimientos legalmente inscritos en el Padrón Municipal y que cumplen con las disposiciones reglamentarias.
Existen situaciones que se deben valorar por parte de la autoridad y respetar por comerciantes, empresarios y la ciudadanía en general.
Partiendo de la premisa que es responsabilidad de la autoridad mantener y promover la paz social, en materia de Desarrollo Socioeconómico en una comunidad, resulta básico mantener la armonía entre los factores que intervienen en la generación del Bienestar Social y que es un elemento de la generación de Riqueza. Entendidos que la convivencia se mantiene dentro de un ámbito de legalidad, respeto y corresponsabilidad.
Una de las áreas delicadas en el caso de un Ayuntamiento es la que tiene que ver con el manejo de la problemática del Comercio, las Centrales de Abasto, los Mercados, la Higiene, etc.
Conocemos que la Autoridad Municipal cuenta con las atribuciones legales, además que debe aplicar el Marco Jurídico correspondiente a fin de satisfacer el mandato y lograr administrar el comercio en la demarcación territorial municipal, siendo la única entidad que puede recibir ingresos, mismos que ingresarán a la Tesorería con la supervisión edilicia en materia hacendaria.
Desde este enfoque, el orden, la responsabilidad y la transparencia son elementos con los cuales las actividades comerciales deben caminar. El problema aparece debido a las deformaciones en la aplicación de la ley, algunas conductas se prestan para favorecer intereses ajenos a los del desarrollo comunitario.
Siendo que el problema del comercio callejero se da para facilitar situaciones al margen de la Ley, con buena intención o sin ella. Basta dar una oportunidad para que aparezcan líderes, coordinadores que lucran con la necesidad de ciudadanos que viven la angustia de generar ingresos para la subsistencia.
En algunos casos la pobreza, la necesidad pasan de ser elementos de carencia para convertirse en armas de hostigamiento o de lucha.
El patrocinio de organizaciones políticas con recursos, mismas que tienen la capacidad de operar simultáneamente en varios puntos del estado, que buscan entre otros objetivos arrebatar el derecho de administrar espacios públicos y cobijar algunas prácticas ilícitas al amparo del comercio.
Obtener obras a base de presión, fundación de colonias en condiciones irregulares. Cargos dentro de la administración pública, etc.
Lo que hemos visto, ha sido el acercamiento desesperado de líderes que comandan locatarios de alacenas del mercado Miguel Rebolledo y que buscan atenuar las consecuencias de la problemática. A la vista un choque de intereses, utilizando la vía pública.
Al ciudadano, al cliente le quedan puestos que obstruyen el flujo, los precios fuera de control. Dentro del ámbito del Mercado Instalaciones desatendidas, condiciones inseguras e insalubridad. A la autoridad municipal, el rezago en el cobro de las contribuciones
En realidad existen problemas afuera y adentro del mercado. Sin duda que la Participación Ciudadana debe involucrarse para marcar el paso a la autoridad, es evidente que los problemas están creciendo vertiginosamente.
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