Analizando el inagotable tema del 2 de octubre del 68, aparecen indicios que parecían imposibles de ocurrir, pero al paso del tiempo, van apareciendo. Partiendo de la idea de que, el Gran Conflicto estudiantil que vivió su clímax más sangriento, fue provocado externamente por la intervención de los Estados Unidos por conducto de la CIA, esa recurrente presencia en la vida sociopolítica de México vuelve a darse como en muchos sucesos de nuestra historia.
La provocación hacia la población estudiantil vino de Winston Scott y el Gral. Luis Gutiérrez Oropesa y con el Gral. Alfonso Corona del Rosal (Jefe del Depto. del Distrito Federal en aquel entonces) para generar un conflicto con el gobierno. El Director de la CIA en México distribuyó 270 agentes, situación única para la importancia de la operación.
El pánico del Presidente Johnson al pensar que México fuera un punto muy cercano para la operación de Cuba, de China y de la Unión Soviética donde el comunismo amenazaba el poderío norteamericano. El objetivo inmediato para los Estados Unidos era primero garantizar para el mundo unos Juegos Olímpicos pacíficos y después imponer a un militar en el gobierno de México; Gustavo Díaz Ordaz no satisfacía sus intereses, las elecciones en México estaban cercanas en 1970, y la premura era quitar a Díaz Ordaz de inmediato y preparar el camino.
Hay que recordar que en esa época la Guerra de Vietnam estaba llevándose a cabo y en el mundo ya se daban protestas contra la participación militar americana en una guerra injusta, el Presidente Johnson no esperaría que el comunismo creciera en México con ese argumento. El hombre seleccionado por Estados Unidos para suceder a Díaz Ordaz abruptamente era el General y Lic. Alfonso Corona del Rosal, un paramilitar de lujo educado en las mejores instituciones militares de Estados Unidos, con relaciones de amistad con el ex presidente Roosevelt.
Desde 1960, Corona del Rosal construyó la policía priista con más de 20,000 halcones a su servicio, precursores del Batallón Olimpia, aquellos militares con guante blanco que dispararon contra los estudiantes y el pueblo en Tlatelolco. México estaba perfilado para ser gobernado por un militar como sucedía con Trujillo en República Dominicana, con Somoza en Nicaragua, una práctica de la época de la Guerra Fría utilizada en Latinoamérica con gobernantes corruptos y sanguinarios a modo de los intereses estadounidenses.
El conflicto inicial entre estudiantes, fue la puerta de entrada para los granaderos y la CIA a fin de detener a las cabezas de la amenaza internacional, pero se encontraron que en el pliego petitorio estudiantil no estaba infiltrado el comunismo internacional, jamás aparecieron cubanos, chinos o coreanos entre los líderes de la protesta. La irrupción del Batallón Olimpia y del Estado Mayor Presidencial, con autorización de Díaz Ordaz, a los departamentos de los diversos edificios del conjunto habitacional, fue una acción desesperada para torturar, eliminar y encarcelar a los líderes externos. Las imágenes del Che Guevara, de Fidel Castro en los mítines confundieron a la CIA y a Corona del Rosal y sus Halcones.
El Ejército fue víctima de traición, fueron blanco de francotiradores y halcones apostados desde varios puntos del Edificio de Relaciones Exteriores, de la Iglesia de Santiago Tlatelolco y en diversos edificios.
El 3 de octubre del 68 le ofrece Fulton Freman, Embajador de los Estados Unidos en México, la Presidencia de México al Gral. Marcelino García Barragán, Secretario de la Defensa Nacional ante el fracaso del Plan para quitar a Díaz Ordaz. Corona del Rosal ordenó que los halcones y francotiradores dispararan en contra del ejército, esa acción eliminó la posibilidad de acceder al poder.
La gran oportunidad para rescatar al sistema político nacional vendría cuando Díaz Ordaz perfila al Lic. Luis Echeverría como candidato del PRI a la Presidencia de México. Al fin las ordenes y acuerdos fueron dados por el Presidente de la República comandante supremo de las fuerzas armadas.
Contacto: hectorhernandezparra77@gmail.com
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