lunes, 5 de noviembre de 2018

Jugar contra Pelé, algo relativo


Cerca del Cielo
Por: José Ramón Flores Viveros



Con el permiso de quienes generosamente permiten la publicación de este intento  de columna, y cuyo tema central es hablar de montaña, hoy deseo comentarles de una conferencia que sustentó en el Colegio Americano, el exfutbolista internacional Roberto Matosas, padre de quien recién fue nombrado técnico de Costa Rica.

La invitación me la hizo Javier “Archie” Flores, exjugador de Toros Neza, Irapuato, Atlante y Veracruz; actualmente presta sus servicios como entrenador de futbol, en este colegio privado. Fue el lunes pasado, a las 4:30 de la tarde, fui con mi hijo Carlos Ramón, la escuela se ubica frente al Lencero, en la carretera a Veracruz.

Al llegar fuimos recibidos muy amablemente por Javier, nos dirigimos al amplio salón de conferencias con el que cuenta el plantel. Apenas había algunas cuantas personas, y vi a un hombre sentado hasta adelante en actitud de espera. Nos acercamos con mi hijo, le toqué el hombro, lo vi en 1970 por la televisión, en aquel juego de grupos del mundial que se celebró en México contra Brasil de Pelé, Jarsiniho, Clodoaldo, Everaldo, Rivelino, Tostao, Carlos Alberto, Wilson Piazza, el portero Félix, aquel Brasil de ensueño, de futbol de fantasía. Se volteó amablemente y con su acento uruguayo nos saludó y muy emocionado, lo primero que se me vino a la mente, fue preguntarle, ¿Qué sentiste jugar contra Pelé el mejor jugador de la historia del futbol? Su respuesta fue hasta cierto punto un tanto extraña: “¡Fue algo relativo!” “¡Algo secundario!”  Insistí con otra pregunta ¿No lo marcaron de manera personal? “No”, “Fue por zonas”.

La verdad aun con su parca respuesta, trataba de adivinar, de poder sentir en su mirada, lo que representó enfrentar a la Perla Negra “Pelé” y toda esa camada de oro en una cancha de futbol. De poder revivir a través del tiempo lo que los ojos de Matosas vieron y lo que sintió en su interior al ser protagonista de un encuentro histórico. Pelé y Brasil tomaron el encuentro como la venganza del Maracanazo, le había prometido a su padre ganar la Copa del Mundo y lo hizo en Suecia a los 17 años, lo que seguía era hacer morder el polvo a Uruguay en una Copa del Mundo. 

La exposición del uruguayo fue una sorpresa muy agradable, ya que aun cuando esperaba o creía que su conferencia seria una charla de su trayectoria, con fotos de futbol de sus históricos partidos con Uruguay, y con los clubes que militó, resulto ser una charla de carácter técnico y psicológica, orientada y dirigida a los padres, las personas mas influyentes y cercanas a niños que sueñan con llegar a ser futbolistas profesionales. En las proyecciones muestra pensamientos de Confucio y de otros grandes pensadores como Platón. De lo fundamental que es aprender a escuchar, antes de hablar. De la disciplina como base en la práctica de cualquier deporte. De lo importante que es inculcar valores. Dijo que quien predica con el ejemplo, no tiene la necesidad de gritar, ni de ordenar. Hasta antes de la conferencia, imaginaba a un hombre mayor, quizás con problemas para desplazarse y hablar ante un auditorio, sin embargo, es un hombre que se mueve con rapidez y entusiasmo, cuestionando con ánimo y hasta cierto enojo la manera en que trabajan con los niños las escuelas de futbol. Fue muy reiterativo en cuestiones simples pero muy importantes en la formación del carácter del niño. Preguntó que quién de los muchachos presentes, tendía su cama al levantarse, quiénes se preparaban ellos mismos el desayuno. Las respuestas no se hicieron esperar, nadie o casi nadie lo hacía. Las mamás aceptaban que ellas realizaban estas labores diarias, Matosas fue muy contundente al afirmar, que estos aparentes pequeños detalles, son fundamentales para formar niños inútiles y flojos.  Niños que crecen pensando que se lo merecen todo, todo es cultura, agregó, una cultura que comienza en casa, con el ejemplo de los padres, no es la escuela la que hace buenos ciudadanos, ahí se preparan, pero los valores, la compasión se aprenden en casa. 

El tiempo se fue volando y el exfutbolista internacional, se disculpó por concluir, ya que el tema daba para mucho más. En las preguntas o cometarios que invitó a realizarle, pedí el micrófono y lo felicite por su interesante exposición, y le volví a decir, que estaba seguro de que iba a hablar de su encuentro en la cancha con Pelé en una Copa del Mundo, me volvió a decir lo mismo “¡Fue algo relativo!”, “ ¡Algo secundario¡” Se dirigió hasta donde me encontraba, me saludó de mano, inmediatamente el auditorio le dedicó una merecida ovación… 

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