“Promover el crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible, así como el empleo pleno, productivo y el trabajo decente para todas las personas
debería hoy día ser una realidad en el mundo”
- Juan Carlos Atzin Calderón
En el mundo, aproximadamente la mitad de la población apenas vive con lo equivalente a dos dólares americanos de forma diaria, sumándose a una tasa mundial de desempleo que oscila en el 5.7%. Además en muchos lugares el tener un empleo no garantiza la capacidad para estar libre de la pobreza; siento todo esto un progreso lento y desigual, producto de políticas económicas y sociales que no están cumpliendo la meta de erradicar la pobreza.
Existe además falta de oportunidades de contar con un trabajo digno, siendo la creación de empleos de calidad un gran desafío para casi todas las economías del mundo. La tasa media de crecimiento anual del PIB per cápita va en aumento en todo el mundo cada año, aún con esto hay todavía muchos países menos adelantados en los que las tasas de crecimiento están desacelerando, quedándose muy lejos de alcanzar la tasa del 7% prevista de alcanzarse para el 2030, como consecuencia de la disminución de la productividad laboral y el aumento de las tasas de desempleo, influyendo de forma negativa en el nivel de vida y los salarios.
Para lograr el desarrollo económico sostenible, las sociedades deberán crear las condiciones óptimas para que las personas accedan a empleos de calidad, estimulando además la economía sin dañar al medio ambiente, habiendo también oportunidades laborales para toda la población en edad de trabajar con condiciones laborales decentes. De igual forma aumentando la productividad laboral, reduciendo la tasa de desempleo, de forma especial entre las juventudes, mejorando el acceso a los servicios financieros gestionando los ingresos, acumulando activos y realizando inversiones productivas; componentes de carácter esencial del crecimiento económico sostenido y de igual forma inclusivo.
Para aumentar la productividad y lograr la reducción de los niveles de desempleo en las regiones más pobres del mundo, es indispensable a su vez el aumento de los compromisos con el comercio, la banca y la infraestructura agrícola, recordando que el campo es el principal detonador de las economías, el origen, donde se producen las materias primas.
Hagamos frente a la brecha de desigualdad, especialmente a la de género en todo el mundo, misma que es del 23%, no esperemos a que pasen otros 68 años para lograr la igualdad salarial. Cambiemos el escenario donde la tasa de participación de la mujer en la población activa es del 63%, mientras que la de los hombres es del 94%. Seamos una sociedad impulsora del emprendimiento y de la justicia social.
¡AHORA es el CAMBIO!
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