martes, 2 de abril de 2019

Editorial


Los cambios inesperados del clima en este inicio de la primavera, deben hacer reflexionar a la sociedad y a las autoridades de los tres niveles, sobre el daño que le hemos hecho a la naturaleza a lo largo de los años, lo que ha ocasionado fenómenos que ya se venían pronosticando desde hace años pero que parecían de ciencia ficción: inundaciones, heladas extremas en zonas cálidas, calores extremos que han alterado la flora y la fauna, tsunamis, etc.

A pesar de los tratados internacionales y de los esfuerzos de algunos gobiernos del mundo, no se ha podido frenar, menos resarcir, el grave daño que se le ha ocasionado a la atmósfera y al medio ambiente en general, incluyendo el lecho marino con basura, los gases, la deforestación y la contaminación del agua.

Cierto es que se debe empezar desde lo local o desde los pequeños esfuerzos, para poder elevarlo al nivel de políticas públicas locales, en coordinación y de acuerdo con la sociedad, primero; y a través de decretos o leyes a nivel estatal o nacional, después. Pero por algo se debe de iniciar.

Coatepec, con el potencial natural que posee, de contar con vegetación y agua en abundancia, clima excepcional, montañas, ríos y lluvias todo el año; pudiera ser punta de lanza en iniciar programas para reducir, un poco, el daño al entorno natural. Pudiera ser el primer municipio en el distrito o en el estado en prohibir el unicel en los puestos del parque. Reducir el uso de popotes y del plástico en general. Actualmente ya existen utensilios hechos a base de fibras biodegradables como el bagazo de caña, o el coco, o el bambú y hasta de los trozos de las matas de plátano. 

Sería extraordinario que se reglamentara, por etapas, a que todos los que venden esquites, churros y papas preparados, plátanos fritos, café o las tradicionales nieves, para que se iniciara un programa para dejar de usar envases plásticos que contaminan, y que no dimensionamos el daño pues lo vemos normal.

Basta observar los botes de basura un domingo por la tarde o noche, para constatar la gran cantidad de basura inorgánica, que tarda años den descomponerse, y que se va a los tiraderos de basura para permanecer ahí por años. Toneladas mensuales de material contaminante que se pudiera sustituir y ayudar un poco en ese grave deterioro del cual ya estamos sufriendo las consecuencias

El Ayuntamiento tiene la autoridad, y el compromiso con este bello municipio cuya vocación es el café y el turismo, de implementar, a través de su área de ecología, estas medidas que seguramente muchas organizaciones y la sociedad en general respaldarían gustosos con el fin de conservar nuestro, todavía, maravilloso  entorno.



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