lunes, 15 de julio de 2019

REFLEXIONES: Por Héctor Hernández Parra


Nuestra Gente: Roberto Omaña.

Otro coatepecano, nacido en 1916 para recordarlo y conocer algunos aspectos de su paso por nuestro pueblo. Se trata de don ROBERTO OMAÑA. Como muchos niños estudió en la escuela cantonal “Benito Juárez” siempre jovial, bromista y con su mirada tímida fijada en el suelo. Estudió posteriormente en el seminario iniciando su formación religiosa.

Su cercanía con el quinto obispo de Veracruz don Rafael Guizar y Valencia lo convirtió en la persona de mayor confianza, posición privilegiada conocida en el léxico sacerdotal fue “su familiar”. La figura del obispo lo vinculó al servicio a los demás en un ambiente hostil y peligroso para quienes contaban con su fe y buscaban asimilar la cruda persecución religiosa de aquellos años en los gobiernos federal y estatal.

El sacerdote radicaba en los Estados Unidos, en la comunidad de Corona, California predicaba en estaciones de radio en Español, en Ontario colaboró en la Parroquia de nuestra Señora de Guadalupe, anualmente visitaba su pueblo natal pasando cortas temporadas.

En una ocasión mi padre me lo presentó como su compañero de la escuela primaria, alto, esbelto, siempre vestido de negro con su alzacuello, fue excesivamente jovial, siempre traía en el bolsillo alguna sorpresa para bromear. Recuerdo que después de una extensa charla sobre literatura y cine me obsequió una colección de películas en video. En otra ocasión me mostró fotos de sus amigos y colaboradores en acciones de beneficencia encaminada a los paisanos que lo buscaban y le solicitaban ayuda, actores como Antonio Aguilar, Flor Silvestre, Anthony Quinn, Ricardo Montalván y Mario Moreno “Cantinflas” y Cesar Romero lo conectaron con prominentes empresarios norteamericanos.

En sus acciones de voluntariado nos comentó que logró instalar una escuela de artes y oficios donde capacitaba a mexicanos en carpintería, electricidad y Artes Gráficas, los patrocinios los otorgaron comerciantes y amigos personales a fin de que la educación fuese gratuita. Predominaba la enseñanza del inglés, otro objetivo fue instalar un laboratorio de idiomas con la tecnología más avanzada.

Cabe recordar que ya en su jubilación fue posible instalar en Coatepec la Escuela con el nombre de RAFAEL GUIZAR Y VALENCIA en la calle Zamora 18, un proyecto que su deceso personal detuvo. La presencia de don Rafael lo acompañó desde que lo ordenó como sacerdote, debido a una dispensa de la Santa Sede para que, no obstante a su juventud, recibiera la unción sacerdotal el 23 de diciembre de 1939. Sus últimos años los pasó en National City, California donde murió el 12 de diciembre de 1994.

Compañero en el seminario del padre Juan Manuel Martín del Campo y de don Sergio Obeso entre otros sacerdotes de su generación.

El padre Omaña mencionaba que su amistad y contactos con artistas y empresarios debían servir para que los indígenas y paisanos pobres tuvieran la oportunidad de encontrar ayuda en los momentos mas desesperados en un país ajeno y siempre de manera gratuita, los negocios y la corrupción se la dejaba a los políticos que en México había de sobra.

Correo electrónico hectorhernandezparra77@gmail.com

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