105 aniversario de la Ley Agraria
El lunes próximo pasado, la Confederación Nacional Campesina, realizó un acto para conmemorar 105 aniversario de la Ley Agraria. Con una parafernalia modificada en parte, el evento se realizó en el emblemático teatro “ Francisco Javier Clavijero” de la ciudad de Veracruz. Aun cuando dejó de ser un acto multitudinario, el recinto se vio lleno con representación de las dirigencias cenecistas de las entidades federativas. A muchos causó sorpresa la presencia de dicho evento de los alcaldes de Boca del Rio y Veracruz, este último, en su discurso de bienvenida destacó que una política pública que no se acompaña con recursos presupuestales suficientes es pura demagogia, en referencia a los lamentables recortes al presupuesto destinado al campo. No fueron pocos los que tomaron la lectura de que el mensaje pretendido es que para rescatar al País es posible transitar juntos.
Escatimar apoyos al sector primario de la producción es un contrasentido. Son los ganaderos, los pescadores y los campesinos quienes con su trabajo hacen posible que en el mercado haya alimentos para llevar a las familias. Son ellos quienes dan a conocer a México con la calidad de sus productos generando además importantes divisas.
Los hombres del campo, generalmente sin apoyos, muchos de ellos sin más fuerza que la que emana de su voluntad, de su amor a la tierra y de sus cuerpos correosos y enjutos, trabajan toda su vida sin derecho a jubilarse, sin prestación alguna y sin reconocimiento social, por eso la reducción del presupuesto al campo significa un acto de inconciencia y de manifiesta injusticia social.
En el pecado se lleva la penitencia
México es un país de instituciones y haciendo adstricción de posicionamientos ideológicos, mas allá de filias y de fobias, nos guste o no, ese valioso bagaje institucional no puede explicarse sin la presencia y participación del PRI. Superada la etapa del caudillismo y las asonadas, fue precisamente este partido quien supo encontrar y dar cause institucional al país y fue bajo ese andamiaje que pudo darse la alternancia política, de ahí que la manifiesta intención del régimen actual por socavar las instituciones puede ser un grave error cuyas consecuencias pareciera que no se han dimensionado. Es mucha la mezquindad y la ambición del poder, es como destruir la escalera que se utilizó para subir con el propósito egoísta y perverso de evitar que otros legítimamente la puedan aprovechar; sin duda el tema es delicado.
Hay culpas que en su entraña lleva la penitencia. Es posible que estemos frente a alguna de esas culpas.
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