¿QUÉ ES EL PENSAMIENTO UNIFICADO?
En ediciones anteriores de esta columna hemos abordado el análisis de los pensamientos reactivo, lógico, lateral y creativo; toca ahora para cerrar este tema el análisis del pensamiento denominado Unificado.
Este tipo de pensamiento es regulado por la voluntad, y se le llama también pensamiento holográfico o integrador ya que en el se conjuntan los otros tipos de pensamiento ya mencionados e incluso, como veremos más adelante, puede llevarnos a realizar acciones aun contrariando a los otros tipos de pensamiento e instintos más básicos del ser humano.
Para comprender mejor esto podemos retomar una idea que Charles Darwin plasmó en su segunda gran obra evolucionista llamada El origen del Hombre; en ella Darwin se pregunta, ya que el hombre ha evolucionado de una rama de mamíferos –los primates- apareciendo hace unos dos millones de años, y puesto que la evolución biológica ha sido común a todos los animales ¿Qué nos distingue del resto del reino animal?
Ahondando en su teoría Darwin encuentra que, al ser el humano tan parecido a los simios antropomorfos (chimpancés y orangutanes) la distinción entre lo humano y lo animal no se fundamenta en el desarrollo físico o anatómico, sino en las facultades intelectuales. Pero aun así, nos dice Darwin, la religión como percepción de algo superior a nosotros podría llegar a evolucionar con el paso del tiempo entre los peces que, recluidos en su acuario, ven la sombra de la mano que los alimenta cotidianamente y podrían llegar a figurarse que esa sombra es su protector. Dada esta dificultad que podría provocar con el paso de la evolución el desarrollo de sentimientos espirituales entre seres inferiores con mucho a nosotros ¿Qué define entonces al ser humano? Y la respuesta, nos dice, está en el sentido del deber.
Ahora bien ¿Qué entendemos por deber? Y es aquí donde con toda claridad vemos la manifestación del pensamiento unificado: en la madre pobre que prefiere pasar hambre antes que escatimar su escaso sustento a su hijo; en el espartano que una vez marchó en una misión suicida antes que abandonar a su rey; en el héroe que entrega su vida para salvar al pueblo en peligro, como lo hizo Jesús García Corona “el héroe de Nacozari”; pero también en aquel que renuncia a tener una familia, fama y riqueza por abrazar la vocación religiosa, como San Francisco de Asís. En los ejemplos anteriores vemos como la voluntad nos puede llevar a contradecir el pensamiento lógico, el instinto de conservación o el de reproducción, tan fundamentales en la estructura mental del ser humano; pues existe en todos nosotros algo que reconocemos como superior a nosotros mismos y por medio de nuestra voluntad nos sobreponemos a intereses personales, afectos y temores, para cumplir con nuestro deber o para realizar nuestros sueños de mejoramiento personal.
Tenemos así la clara distinción entre un pensamiento que nos demanda a superar obstáculos y sobreponerse a los avatares del destino, y otros que -sin ser menos importantes para la vida cotidiana- podrían simplemente llevarnos a “pasar el día”.
Les saludo con afecto y les deseo a todos los lectores parabienes y paz en estas fechas navideñas.
Valente Salazar Díaz Colaborador
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