lunes, 15 de febrero de 2021

Por si no lo sabías - Por: Valente Salazar Díaz

 ¿Qué es la evolución?



En 1859 el naturalista inglés Charles Robert Darwin publicó un libro llamado El origen de las especies por medio de la selección natural, o la preservación de las razas favorecidas en la lucha por la vida en el cual exponía sus teorías sobre el cómo los seres vivos habían llegado a diversificarse sobre la faz de la Tierra, dando por resultado la biodiversidad o conjunto de diversas especies vivientes existente hasta la fecha actual. 


La importancia de esta obra es tal que se le ha considerado no sólo la piedra angular de la Biología moderna, sino el paradigma o modelo de las ciencias actuales todas, incluso de las ciencias sociales. Para comprender la trascendencia de esta teoría –actualmente conocida Teoría de la evolución- es necesario comprender primero qué es la evolución en términos generales; así tenemos que la evolución es un proceso universal que consiste en el cambio gradual de los seres vivos y del resto de objetos del mundo natural. En efecto, la evolución es algo general que afecta a los animales y a las plantas, pero también a las rocas, los planetas, las estrellas, y todo cuanto existe en la Naturaleza. Así pues, se podría hablar de una evolución biológica, una evolución geológica e incluso una evolución astronómica. Tenemos así que el universo entero cambia a través del tiempo y, lo que en particular nos interesa, los seres vivos -incluido el ser humano- han cambiado también.   


En este punto es necesario decir que Charles Darwin no fue el primer naturalista que propuso una teoría de la evolución, ya antes que él el conde de Buffon, el marqués de Lamarck y su propio abuelo Erasmus Darwin habían propuesto diversas teorías sobre la posible descendencia común de las especies vivientes y su ‘transformación’ a lo largo de las eras, pero sin poder explicar cómo eran posibles estos cambios. Por otro lado, en la Inglaterra victoriana en que él vivió muchos sostenían la teoría de un creacionismo fundamentalista, esto es, la idea de que todos los seres vivos habrían sido creados a la vez por Dios y no habrían cambiado –tal y como está escrito en el Génesis bíblico- sino cuando mucho desaparecido, como lo demostraban los fósiles hallados en aquellos tiempos. Al aparecer su segundo libro en 1871 El origen del Hombre y su selección en relación al sexo la oposición a su teoría fue aún mayor, pues se consideró que abiertamente desafiaba al relato bíblico de Adán y Eva, y a las autoridades religiosas anglicanas poderosas todavía e influyentes sobre gran parte de la población inglesa.


Ahora bien, a pesar de burlas y diatribas Darwin logró impactar al mundo con su teoría, que estaba basada en las ideas del matemático y economista Thomas Malthus y el filósofo Herbert Spencer, quienes habían ya sostenido las ideas de la reproducción y la lucha por la supervivencia, y la supervivencia del más apto, respectivamente. A los 22 años Darwin se enroló como naturalista en el velero Beagle, en un viaje de circunnavegación que habría de durar cinco años y fueron la gran cantidad de datos y observaciones que recopiló durante ese viaje los que lo llevaron a formular su teoría evolutiva. Principalmente su visita a las islas Galápagos, frente a Ecuador, fue la que más motivó su pensamiento hacia la posibilidad de que las especies vivientes pudieran tener un ancestro común y diversificarse al tener que adaptarse a la lucha por la supervivencia y los cambios del ambiente. 


Actualmente la teoría de Darwin ha sido objeto de revisiones y críticas, pues mucho de lo que hoy sabemos sobre la Genética y la mutación como motor de la evolución no fue valorado en tiempos de Darwin. Tendría que llegar el incipiente siglo veinte para que se integrara lo que hoy conocemos como la Síntesis Neodarwinista. 


El pensar que una pequeña musaraña de 4.1 gramos descienda en un pasado remoto de algún ancestro común a la ballena azul, que puede alcanzar un peso de 150 toneladas, o que las aves que actualmente conocemos sean descendientes de un grupo de dinosaurios es posible gracias al pensamiento científico y el esfuerzo de Charles Darwin, quien bien se puede considerar como el primer biólogo de la historia.

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