Dulce Pan Dulce.-
Uno de los alimentos que no pasa de moda dentro de la alimentación de los mexicanos es el pan dulce. Adorado por gran parte de las personas, consumido en la mayoría de los hogares, que hasta parece un ritual por la tarde, con una taza de café, de dioses saborear un pan “remojado” en sus múltiples presentaciones.
Este alimento, dentro del plato del bien comer pertenece al grupo de los cereales, que nos aportan en su mayoría carbohidratos. Los carbohidratos forman, en nuestra dieta, un papel muy importante, ya que más del 60% de la energía que requiere el organismo proviene de los carbohidratos y son los responsables de abastecer la energía para el funcionamiento del ritmo cardiaco, la respiración, la digestión, movimiento corporal, entre otros. Estos, junto con las proteínas y los lípidos (grasas) forman los tres macronutrientes principales, los cuáles son esenciales en una alimentación balanceada. Cabe mencionar que las proteínas y las grasas son las responsables de la formación de los tejidos del cuerpo.
Ahora, todos nos preguntamos por qué dicen que este delicioso manjar no nos beneficia en mucho, y por ello tenemos que conocer varias cosas.
Dentro del grupo de los carbohidratos existen dos clases, los carbohidratos: complejos y simples. Los complejos tardan más tiempo en ser digeridos y no aumentan tan rápidamente el azúcar en la sangre, estos los podemos encontrar en las verduras, leguminosas, pan integral y cereales como el trigo, maíz, avena, arroz integral, amaranto, centeno, quinoa, cebada, etc.
Por su parte, los carbohidratos simples tienen muy poco valor nutritivo y su digestión es muy rápida. Dentro de esta categoría se encuentran: el azúcar de mesa, dulces, refrescos, harina blanca, miel, pasteles, galletas, arroz, pan blanco y nuestro adorado pan dulce.
Entre estos dos grupos de alimentos hay un factor que hace la diferencia y es el Índice Glucémico (IG). Se trata de un valor que se les adjudica a los alimentos para medir el impacto que tienen sobre los niveles de glucosa en sangre. Así que podemos decir que los carbohidratos complejos tienen un IG bajo y los simples un IG alto.
Si consumimos alimentos con un IG alto, aumentará la secreción de insulina por el páncreas que tiene como finalidad unirse a la glucosa para poder ingresar a las células del cuerpo y convertirse en energía. Además, si hay más glucosa de la que el organismo necesita, nuestro cuerpo comienza a acumularla como grasa.
Como podemos ver, nuestro delicioso pan dulce, es de los alimentos que puede ocasionar el aumento de la glucosa en sangre, al tener un índice glucémico alto y si lo comemos en exceso puede llevarnos a tener sobrepeso, además que también contiene sodio, lo que puede afectar nuestra presión arterial al consumirlo en grandes cantidades, aunado a que puede ocasionarnos inflamación o estreñimiento.
Viéndolo así, pareciera todo un villano, pero debemos recordar que todo está en la medida que lo consumamos. No debemos caer en los excesos, podemos disfrutar de una pieza de pan sin temor. Además de que si nos mantenemos en movimiento podemos ayudar a nuestro organismo a estar saludable, por eso es recomendable realizar al menos 30 minutos de ejercicio físico al día.
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